martes, 22 de diciembre de 2009

Gracias.




Son días en los que me encuentro particularmente sensible, hace tiempo asumí que estas fechas sólo me traen tristes y angustiosos recuerdos. Desgraciadamente todo lo malo acontecido en mi vida se ha presentado en época de fiestas, con lo cual, poco puedo hacer para contener esta sensibilidad extrema que ataca durante este período. Sin embargo lo intento. Hoy me levanté como todos los días y abrí mi correo, de pronto encontré poesía, de pronto todo cambió. Leí esto:


"Leo en tu blog sentimientos que me rescatan de un secuestro solitario. Tu valentía y tu transparencia me recuerda que gracias a personas como tu el ser humano todavía no está perdido. No me equivocaba cuando vi en tu mirada y tu sonrisa una pureza casi invisible. Haces que los corazones sean una riqueza que no se compra ni se vende, sino que se regala. Y cuando un nuevo día florece, con toda su pena, su alegría y su misterio, que afortunado el hombre que goza de tu presencia, de tu desnudez, física y espiritual. Por todo lo que das, ahora recibe. Recibe algo de mi que no sabría explicar, que está y no está, que aparece y se pierde, algo que tu has encendido. No llores, no huyas, porque a partir de ahora, nadie volverá a hacerte daño. DULCE BRISA VERDADERA. "


Al leerlo pensé muchas cosas, entre ellas que no lo merezco, no sé yo si creerme por completo que el sencillo hecho de mostrarme como realmente soy, escribir las cosas que pienso, las historias que creo o mis pensamientos más íntimos pudiera ser la causa de generar un comentario de este calibre, son palabras demasiado valiosas y mi ego no llega a tanto pero, la emoción que experimenté al leerlo fue tan fuerte, tan estimulante que necesitaba compartirlo. Compartirlo y agradecerlo porque esta persona no tiene blog (creo), tampoco sé si escribe, aunque sospecho que sí por la calidad de sus letras. En todo caso David, muchas gracias por hacer que el día de hoy sea especial, enamorándome con tus palabras. Un gran abrazo, de corazón.

Y un beso muy fuerte a todos mis amigos blogueros, vuestros comentarios alimentan mi blog pero también mi alma. Espero que paséis unas estupendísimas fiestas. Me vais a perdonar estoy muy sentimental, os quiero un montón.


Imagen: Constanza Felippelli http://www.flickr.com/photos/coni22

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Terapia (IV) Final.

-He conocido a alguien.
-Vaya, que bien. ¿Y cómo te sientes?
-Fatal, pronto va a querer follar.
-No es necesario que lo hagas si no estás segura...
-Ok, le digo 'No estoy segura', desaparecerá, para los tíos esas son gilipolleces, no lo veré más y el caso es que me gusta.
-Pues si te gusta podrías intentarlo.
-¡No! Joder... El puto miedo no me deja vivir. Volverá a pasar, tendré sexo y volveré a entregar también mi alma, no se hacerlo de otro modo, luego se la quedará y yo me sentiré vacía, se irá. Para él habrá sido sólo un momento de placer, para mi...algo especial. No sabes cómo me gustaría pensar como los tíos, disfrutar del momento y seguir viviendo como si nada hubiese ocurrido. ¿Por qué tengo que ser tan condenadamente sensible? ¿Por qué no follar, disfrutar y pasar de todo?
-Tu no eres así, además no sabes si se irá, probablemente no, eres muy guapa, disfrutas del sexo, permítete ser como eres, enséñale la estupenda mujer que vive en ti. Sedúcelo, diviértete, entrégate sanamente, ya verás como se enamora de ti, igual que los anteriores.
-¿Estás segura que no moriré en el intento?
-No morirás, solo sentirás. ¿Es de lo que se trata no?
-Dios, tengo un enorme nudo en el estómago.
-No temas, la vida está llena de buenos momentos.

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(Siguiente sesión)

-¿Cómo estás?
-Pues.. ¿Crees que si soy feliz durante demasiado tiempo tendré que pagar alguna multa o algo?
-Jajaja no, es de las pocas cosas gratuitas que hay en este mundo. ¿O sea que eres feliz?
-Si, hoy soy feliz, mañana no lo se.
-Ha sido un buen encuentro entonces.
-¿Bueno? Ha sido increíble, ha sido genial. Fue cuidadoso, tierno, amable, apasionado...
-Me alegro muchísimo por ti.
-Me ha regalado esto, una tontería pero me encanta.
-Es muy bonito..
-Bueno me voy, tengo que arreglarme, viene por mi a las 8. Hoy no puedo quedarme toda la sesión.
-Vale, vete, y no olvides disfrutar.
-Ok, gracias guapa, te veo el miércoles.
-Adiós.


Permanecí sola y en silencio hasta agotar la duración de la sesión pensando en mi paciente, en cuánto me hubiese gustado poseer su fuerza, su valentía y autenticidad. Pensé en mis propias carencias y por un momento caí en la autocompasión. Sin duda ella era un ejemplo de superación y fortaleza. Sentí una punzada de envidia, pero mi afecto permaneció intacto.



viernes, 27 de noviembre de 2009

Terapia (III)



-Bueno, es hora de hablar sobre lo verdaderamente importante.
-Mmm, no sé si estoy preparada.
-¿Por qué?
-Porque duele.
-Venga, eres una tía fuerte, cuéntame. Háblame sobre él.
-Intentaré resumirlo. Un tío casado, con ganas de follarse a una rubia. Eso es todo.
-Vamos, déjate de tonterías, hay una larga historia detrás de esas palabras, explícate.
-No, es corta, fui una imbécil absoluta, creí ver algo, siempre me consideré muy intuitiva, noté que se sentía feliz, lo vi en su mirada, sentí sus ganas, su cariño y...oye, de verdad no puedo hablar de esto.
-¿Por qué?
-Empieza a faltarme el aire, me duele el pecho, no puedo..
-Sientes con demasiada intensidad, pero inténtalo, aquí estoy para ayudarte.
-Me enamoré como una imbécil, dejé que el sentimiento me cegara, yo tuve la culpa, creí, basándome en lo que intuía, en lo que sentía, entregué mi cuerpo y mi alma (qué gilipollas fui) a alguien que sólo quería sexo. Me falló mi intuición, mi criterio, mi coherencia, que imbécil, qué imbécil ...Y luego me di cuenta, me lo dijo...a su mujer no le gustaba follar, ese era todo su problema, necesitaba a alguien para follar.
-Pero..
-Sí, es sorprendente comprobar (probablemente lo sepas, por algo eres psicóloga) la cantidad de mujeres que pierden las ganas de sexo con el paso de los años pero continúan exigiendo fidelidad (cosa que me parece absurda), tengo mis teorías al respecto.
-Qué teorías.
-Los hombres se quejan porque sus mujeres ya no quieren sexo con frecuencia, y de alguna manera las comprendo, cuando la relación se ha vuelto hueca, cuando ya no hay complicidad ni entusiasmo, la libido desaparece, es lógico. Sólo vuelve a aparecer con el entusiasmo de lo nuevo, de lo fresco.
-Sabes de lo que hablas, es verdad, sólo que no suele salir a la luz, pero es un tema al que podríamos dedicarle una sesión entera. Sigue contándome tu historia..
-Ella sospechó y.. él cambió de actitud completamente. No te puedes imaginar lo enfadada que estoy conmigo misma por ofrecer mis sentimientos de forma tan ingenua, tenía un concepto tan increíble sobre él, aparentaba ser una persona responsable, coherente, equilibrada, parecía tan...Joder, cómo me equivoqué. Jamás habían jugado conmigo de esa manera.
-En primer lugar deja de culparte así, todos cometemos errores.
-De este tamaño no, intenté odiarlo, no pude, lo traté mal, le pedí que desapareciera y lo hizo, desapareció, luego le escribí disculpándome, necesitaba saber de él, pero..nunca respondió, simplemente desapareció. Me odia. Por eso no quiero hablar sobre esto, me odia.
-Estoy segura que no te odia, nadie podría odiarte, evidentemente el miedo lo paralizó.
-Me odia y no se por qué, nunca le pedí nada, comprendía su situación, solo quería ser su amiga, lo asusté con mis tonterías, con mis formas, soy una bruta, una...
-Joder, NO tienes la culpa.
-Sí, sí que la tengo, no supe llevar la situación.
-No cariño, en todo caso ninguno de los dos supo.
-¿Cuánto tiempo más sentiré esta sensación? Dime ¿Cuánto tiempo necesitaré para perdonarme a mi misma? Fui culpable de demostrar mis sentimientos, de confiar, no volveré a caer en el mismo error, no volveré a entregarme así porque duele, es una mierda. Paso de los tíos, paso..no tienen idea del daño que hacen.
-No debes generalizar, es un error, ya aparecerá alguien que por fin te demostrará el amor que necesitas y mereces, eres una gran mujer.
-No, ya no quiero más, ahora el miedo me paraliza a mí...



Imagen: Constanza Felippelli http://coni22.wordpress.com/

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Terapia (II)

-No te veo yo a ti en un convento.
-¿Por qué no? Cuando ya nada te llena, cuando no encuentras nada que te mueva, supongo que es hora de buscar nuevas alternativas.
-Tienes mucho que dar y mucho que encontrar todavía.
-Mientes, mientes para darme ánimos.
-No miento. ¿Y los amigos que te buscan? ¿Los hombres que se interesan por ti? ¿Por qué crees que lo hacen?
-Quieren follar, saben que follo bien.
-Joder, eres muy drástica en tus conclusiones y además te equivocas, se han enamorado de ti en varias ocasiones y no sólo por el sexo.
-Soy realista, ya te lo he dicho, nunca he tenido problemas para ligar, me gusta el sexo y lo disfruto, pero Dios no me ha dado la paciencia necesaria para soportar tantas conversaciones sin contenido.
-Sobre qué te gusta hablar.
-Sobre lo verdaderamente importante, lo que te llega, tus necesidades, tus carencias, LA VIDA. Qué coño me importa el color del coche que te vas a comprar o si te dan o no la hipoteca en el banco.
-Ambas sabemos que necesitas relacionarte con intelectuales, son los únicos que pueden ofrecerte lo que buscas.
-ok, consígueme un cartel para que pueda llevarlo por la calle 'Se buscan intelectuales para interactuar con mujer harta de estúpidas y vacías conversaciones'. Oye, si hasta podría patentar la idea.
-No seas irónica.
-No me toques las narices.
-Tu última relación te ha dejado así.
-Bah, olvídalo, no quiero hablar de eso.
-Me pagas para que hablemos.
-Pues hoy no tengo ganas, hablaremos en la próxima sesión...

domingo, 22 de noviembre de 2009

Terapia.




-Hola.
-Hola, ponte cómoda y cuéntame.
-Me han dicho algo que..
-Qué.
-Alguien me ha dicho que soy la persona con el interior más bonito que ha conocido en su vida.
-Guau, que gran elogio.
-Pero no le creo.
-¿Por qué no?
-Seguro que lo dijo para ligar, para llevarme a la cama.
-¿No confías ya en nadie verdad?
-No, ya no.
-Debes aprender a confiar otra vez.
-Bah, no tiene sentido, con interior bonito o sin él te joden igual.
-Llevas dos años haciendo terapia para tratar de pensar de otra forma. ¿Lo has olvidado?
-No, no lo he olvidado, pero no encontré nada que me ayude a cambiar mi forma de pensar, no me has ofrecido nada, las palabras no alcanzan. ¿Dónde están los hechos?
-Los hechos debes crearlos tu.
-Pues ahí lo tienes, no soy capaz. Moriré en un mundo de palabras que no me llevarán a nada.
-Comprender siempre te lleva a algo.
-Pobrecilla, lo tienes difícil porque NO COMPRENDO ni comprenderé jamás este mundo de mierda.
-Intenta ser positiva.
-No puedo, soy demasiado realista.
-Y qué te dice tu realismo.
-Que no vale la pena cambiar, que estoy sola y que somos títeres.
-Estás sola porque quieres, tienes unos cuantos tíos detrás.
-Si, pero no me entienden, así que mejor sola, prefiero NO compartir porque hacerlo significa extender los brazos y dejar que te coloquen las esposas, y no estoy dispuesta..
-¿Qué es lo que quieres en realidad?
-No lo se, tal vez acabe mis días en un convento, dedicada a los demás y a alimentar mi espíritu, esperando la muerte en soledad y en paz..


Imagen: Constanza Felippelli http://www.flickr.com/photos/coni22/

lunes, 16 de noviembre de 2009

Un cuento.




Comencé escribiendo cuentos para niños, tengo doce guardados y algo olvidados. El protagonista de todos ellos es Guille, un niño corriente que intenta crecer de forma divertida, dueño de un gran corazón. Este es uno de los que más me gusta, para niños muy pequeños (de tres a cinco aprox.) Hoy tengo un día infantil :) Aquí lo dejo.


'Era tarde, Guille se encontraba durmiendo cuando de pronto su padre lo despertó. Le ordenó que se vistiese deprisa ya que debían llevar al hospital a su hermana Alejandra, tenía mucha fiebre y estaban preocupados por ella. Así que se vistió rápidamente y se dirigieron todos juntos al hospital.
Al llegar, un médico se presentó de inmediato para atender a Alejandra que estaba muy colorada y tosía mucho.
Entraron en la consulta, Guille no sabía cuánto tardarían así que decidió dar una vuelta por el hospital. Se metió en el ascensor y subió a la planta superior. Al salir se encontró con un pasillo largo con varias puertas cerradas, sólo una se encontraba abierta, había una luz encendida. Se acercó (siempre fue muy curioso) y se asomó, descubrió a un niño mas o menos de su edad en una cama, jugando con un par de cochecitos. El niño lo vio casi al mismo tiempo, lo estudió algo sorprendido y preguntó:

-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?
-Hola..Me llamo Guille y vine al hospital acompañando a mi hermana porque tiene mucha fiebre. ¿No deberías estar durmiendo a estas horas?
-Si, pero no puedo hacerlo, no tengo sueño. Pasa, cuéntame cosas..
-Vale, pero sólo un momento porque mis padres no saben donde estoy. ¿Por qué duermes aquí?
¿No tienes casa?
-¡Oh si! Claro que tengo, pero estoy enfermo y debo quedarme unos días aquí para hacerme unas pruebas.
-Y..¿qué es lo que tienes?
-No se muy bien como se llama la enfermedad, el caso es que no puedo correr ni saltar, porque me agito mucho y luego me encuentro fatal, un rollo.
-Jo. Qué rabia no poder correr ¿no?
-Bueno, ya casi me acostumbré, mi madre dice que hay muchas personas como yo, que debemos resignarnos. Debo llevar siempre conmigo este cacharrito (se lo enseñó) por si me da uno de mis ataques.
-Ah. ¿Y qué ocurre si te da?
-Bueno..me pongo un poco morado y me cuesta mucho respirar.
-¡Madre mía! Pobrecillo..
-¡Bah! No es para tanto. ¿Sabes? En este hospital hay muchos niños que se encuentran mucho peor que yo.
-¿En serio?
-Si, y hay algunos a los que nadie viene nunca a visitar. Ellos sí que lo pasan mal. ¡Oye! Te propongo una cosa, dijo de pronto muy entusiasmado.
-¿Qué?
-¿Por qué no vienes de vez en cuando a verlos? Yo lo hago, y algunos de ellos son mis amigos. Cuando me voy a casa siempre me acuerdo de venir al menos una vez al mes a visitarlos. Me trae mi madre. Podríamos venir juntos.
-Tendría que preguntar a mis padres, dijo Guille.
-Pues hazlo, si.
-Vale ¿Cómo te llamas?
-Raúl.
-Muy bien Raúl, lo haré. Ahora debo irme o se preocuparán.
-Adiós Guille.
-Adiós.

Cuando bajó a buscar a sus padres, éstos ya habían salido de la consulta y Alejandra tenía mejor aspecto. Se trataba de una fuerte gripe, debía guardar cama unos días y beber un jarabe que estaba muy bueno. De camino a casa, Guille contó a sus padres su aventura. Cómo había conocido a Raúl y su propuesta. Decidieron que lo llevarían al hospital el sábado a verlo, así ellos también lo conocerían y podrían quedar con él para, una vez al mes, visitar a los niños enfermos.
Así lo hicieron. Raúl y Guille se reunían un Domingo al mes en el hospital, visitaban y animaban a esos niños que se encontraban enfermos y solos en el mundo. Sus pálidas caritas se llenaban de alegría al verlos. Merendaban, jugaban y hablaban de sus cosas. Guille se sentía muy feliz, nunca había tenido tantos amigos..'

viernes, 13 de noviembre de 2009

Un diálogo, una historia.





- Nunca acabas de conocer completamente a alguien.
- Lo sé. Desde que nos conocimos no hice más que comprender, ayudar, acompañar, ofrecer. Aparece alguien dispuesto a modificar tu vida y te dejas, confías, pero luego comprendes que es sólo una ilusión. Los cambios los generas tú, con tus ansias de nuevas experiencias. Uniones, separaciones, no son más que actos de conveniencia individual.
- Sí, y ahora nos conviene separarnos. Es el momento.
-¿Así? ¿Con tanta frialdad?
-Sí, así.
-Tienes razón, es el momento, lo material se puede dividir perfectamente en las condiciones actuales, lo emocional se ha desgastado hace años pero, aún queda mucho para transformarlo en amistad, si te apetece.
-Si, me apetece, seguiremos viéndonos y disfrutaremos de buenos momentos, seremos libres para relacionarnos con los demás, es lo que estamos necesitando ¿no?
-Si, desde luego.
-Perfecto, estamos de acuerdo entonces.
-Si, pero bésame, por favor.
-Ven.
-(----) Me ha encantado tu beso, quédate, vamos a la cama.
-Vale, ya me iré mañana..


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-¿Te quitarás la ropa como a mi me gusta?
-Está bien.... ¿Así?
-Si, date la vuelta. Cada día estás más guapa.
-Gracias.
-Me costará mucho renunciar a ti.
-Nadie te obliga, eres tú el que desea marcharse.
-Es inevitable, el tiempo se va, hay un momento para cada cosa, ahora es el momento de la libertad.
-Pienso como tú, lo sabes.
-¿Tendremos sexo si nos apetece?
-Probablemente, pero tendremos que adaptarnos a las circunstancias, si aparecen terceros... la cosa cambia.
-Ya..ven a la cama.

Imagen: Constanza Felippelli http://www.flickr.com/photos/coni22/

domingo, 8 de noviembre de 2009

México (III) Final.



¿Pensar? Mejor no. Mejor cogerlo de la mano, caminar tranquilamente hasta su hotel, subir a la habitación en un cómodo silencio apoyando mi cabeza sobre su hombro en el ascensor. La mente en blanco, así, sin más, entrar y dirigirme al baño, a la ducha. Necesitaba permanecer un rato bajo el agua para mantener la mente tranquila y vacía. Me atreví a quitarme la ropa en su presencia sin mirarlo, y entré en la bañera invitándolo a seguirme. Meneó suavemente la cabeza con una sonrisa en los labios.

- Eres increíble.
- Qué va. ¿Vienes o no?
- Voy.

No quise mirar nada, para qué romper el encanto pensando tonterías banales. Daba igual que fuese gordo o calvo, (no lo era). Sólo sabía que me sentía bien, a gusto. Sentirme deseada de ese modo me daba una fuerza especial, me llenaba de energía.
Ya en la cama las cosas siguieron su curso. Sentíamos demasiado. ¿Cómo imaginar que abandonarme en manos de una persona experta, que ha vivido lo suyo, podía llegar a ser tan excitante? Momentos que se grabarían a fuego en mi memoria. Mirada de hombre, mirada de niño ante un objetivo largamente perseguido y por fin alcanzado. Sus sabias manos trabajaban con dedicación. Deja, déjame ahora a mí, quiero darte, demostrarte. ¿Y qué hago contigo? ¿Dónde encajas en mi vida? ¿Cómo acabo el cuento? Qué más da, sé que me implicaré hasta el fondo, soy incapaz de hacerlo de otra forma. ¿Esperamos la mañana? Recibámosla juntos. Traerá el sol y el futuro, junto con el desayuno que tomaremos en la cama.


Imagen: Constanza Felippelli http://www.flickr.com/photos/coni22/

viernes, 6 de noviembre de 2009

México (II)



Recordé su sonrisa y decidí llamarlo, llevaba una semana en México y la soledad atacaba sin piedad, sobre todo por las noches. El trabajo, motivo de mi viaje, me llenaba durante el día pero me apetecía conocer la ciudad. Era la primera vez que la visitaba y sola no me hacía mucha gracia, así que no lo dudé.
Se alegró mucho al escucharme y quedamos para el día siguiente. Nos encontramos bajo un sol radiante. Caminamos sin rumbo, hablando y riendo, admirando las pequeñas y grandes cosas de la ciudad. Sentí la misma sensación de tranquilidad que en el avión, todo fluía fácil, con naturalidad. Entramos en una cafetería cansados y sedientos, tras andar durante dos horas sin parar. Nos sentamos en unos reservados uno junto al otro. Mientras bebíamos nuestras gaseosas se dedicó a mirarme fijamente.

- Qué.
- Nada.
- Por qué me miras así.
- Pensaba.
- Cuéntame.
- Pensaba que me gustaría mucho tener sexo contigo.
- Joder.
- Espera, no te asustes. No ha sido mi intención ofenderte.
- No me asusto. Me gusta que la gente exprese lo que siente. Me has pillado por sorpresa, eso es todo.

Su mirada era letal. Una mano en la barbilla, observando cada detalle de mi rostro. ¿Y qué hago yo con esta mirada? ¿Cómo la suelto? ¿Cómo evitarla? ¿Y qué hay de las ganas? ¿De las tuyas que alimentan las mías? Me dices con los ojos que sería casi un regalo de la vida pasar unas horas juntos. Me dices que no te atreves porque piensas que eres demasiado mayor para mi. Que no estarás a la altura. Que deseas pero temes. Que ansías pero retrocedes. Cuánto transmiten tus ojos. Mi mano sobre la tuya, me dejo llevar.

- Vamos, dije.

Un relámpago de luz atravesó su mirada, pero vaciló.

- ¿Estás segura?
- Claro que no, nunca estoy segura de nada, no estoy pensando. Pensar en estos momentos sería casi un sacrilegio.



Imagen: Constanza Felippelli http://www.flickr.com/photos/coni22/

miércoles, 4 de noviembre de 2009

México.



- Disculpe. ¿Me permite?
- Sí, lo siento. Pasa.
- Gracias. Estos aviones, cada vez más pequeños ¿verdad?
- Sí. Afortunadamente el trayecto se hace más ameno cuando gozas de buena compañía.
- Vaya, gracias. (Sonrisa).

Me caía bien. Llevábamos un par de horas charlando, la travesía hasta México sería larga, aproximadamente diez horas. Cuando se presentó, nada más subir al avión y acomodarme en el asiento, me pareció un señor muy cortés. Unos sesenta años, muy simpático, culto, viajado, buen conversador. La verdad es que el tiempo volaba y casi no lo advertía, lo estaba pasando muy bien.

- ¿Permanecerá mucho tiempo en México?
- Tutéame, por favor. Me quedaré 20 días. ¿Y tú?
- Casi lo mismo.
- Qué bien.

De pronto llegó el cansancio, necesitaba dormir, así que cogí una manta y me dispuse a relajarme. Me encontraba cómoda y le hice saber que descansaría un rato. Todavía no me había dormido cuando noté que me arropaba con la manta; un gesto sencillo y tierno que me sorprendió. Me dormí tranquila. Tras dos horas de sueño desperté y lo descubrí leyendo a mi lado.

- ¿Qué tal la siesta?
- Perfecta gracias, dije estirándome.
- Pronto traerán la cena, sólo faltan 3 horas para llegar.
- Qué bien, tengo hambre.

Mientras cenábamos volvimos a enfrascarnos en una divertida conversación. Resultó ser muy gracioso y ocurrente; rápido e irónico. Logró hacerme reír a carcajadas. Intercambiamos teléfonos antes de llegar con la intención de quedar algún día para tomar un café y recorrer la ciudad. Nos despedimos en el aeropuerto. Sus ojos buscaron los míos por un momento, y sonrió.



Imagen: Lluis Cadafalch. Pintor. Ilustrador http://www.cadafalch.net/

jueves, 29 de octubre de 2009

Esos días.

Esos días en los que te ocultas y no sabes bien por qué, en los que nada te conforma, el mundo es extraño, los silencios duelen y la mente trabaja a toda leche, dando forma, cuerpo, a las ideas. Un remolino sin forma que no encuentra su lugar. Lectura rápida, casi a escondidas, que no me vean leer, leer es permanecer inmóvil más tiempo del que se debe en un mundo con prisas, sin embargo necesito hacerlo, y me da igual que se enfaden y me recriminen, si, lo sé, me retraso en mis obligaciones. Apelo a al egoísmo, al 'no me importa', no, no me importa, nadie saldrá perjudicado si no me paso hoy por el banco, o si no me da la gana cocinar, que se apañen, hoy quiero escribir. Leer a Bukowski no es buen plan por la mañana, hace que mi estado de ánimo decaiga, pero no puedo evitarlo, entrar en su mundo es turbio y dulce a la vez. Después de un par de poemas crudos y 'sucios' de los suyos, cojo el libro "Nace tu cuerpo en mis labios" de mi amigo Emilio Gómez, y leo ésto: 'Desperté de un largo sueño y lo primero que vi fueron tus labios sonriendo, tus ojos desbordando amor'. O ésto: 'Vagué mucho tiempo en el silencio de la noche sin saber que tú también me buscabas. Ahora te siento a la luz del día y tu luz me sorprende'. Una ola de ternura me invade, lloro un poco a modo de desacarga, dejándome llevar por la emoción, palabras duras, palabras tiernas, sin embargo fuertes, las dos. Ahora sí me voy, mis obligaciones me esperan, me gusta robar tiempo al tiempo, de vez en cuando lo desafío, para que no se crea el dueño del universo..

martes, 20 de octubre de 2009

Paciencia

- No me ha llamado ni me ha escrito, y han pasado dos días.
- Ten paciencia, ya te llamará.
- No. Seguro que no le he gustado.
- Eres muy ansiosa, deja pasar unos días.
- No entiendo porqué me impediste llamarlo.
- No puedes llamarlo y decirle 'me gustas'.
- ¿Por qué no? No lo entiendo. Me gusta.
- Es mejor dejar que te llame. Eres muy ingenua.
- Cada vez entiendo menos. Es absurdo. No soy idiota. Simplemente me gusta y me apetece decírselo.
- Las cosas no funcionan así. Además no deberías acostarte con él todavía.
- ¿¿Por qué no?? ¿En qué siglo vives?
- Deja que te desee un poco más.
- No sé si hago bien al escucharte. No tengo idea si me acostaré con él o no, pero si me apetece y el momento lo requiere, claro que lo haré. Suelo dejarme llevar por mis impulsos.
- Y por eso acabas sufriendo.
- Acabo sufriendo porque siempre me decepcionan. No he tenido suerte, eso es todo.
- Deberías escuchar mis consejos.
- Tus consejos me aburren muchísimo. Pásame el móvil.

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Nos vimos. No quise saber la razón por la cual no me había llamado. Lo noté ilusionado, le gustó que lo hiciera yo. La ocasión lo requirió. La habitación era bonita, alejada del ruido. Tuve algo de miedo, sabía que sería un momento especial para mi, pero tenía dudas sobre él, me apetecía que los dos invirtiésemos la misma cantidad de energía, de ganas, era mi mayor deseo. Un sólo detalle bastaría para echarlo todo a perder. Un gesto, un olor no deseado, una caricia mal ejecutada. Pero también sabía que si realmente merecía la pena, dejaría pasar ciertos detalles que por otra parte serían propios de una primera vez. Me acerqué a la ventana, en la oscuridad, sintiendo su mirada sobre mi espalda. Un débil resplandor azul iluminaba mi silueta. Comencé a quitarme la ropa lentamente, en silencio. Giré para encontrarme con sus ojos; recorrían ávidos mi azulada desnudez.

- Ven, dijo.

Ya en la cama, con su tibio cuerpo sobre el mío y mi mano en su rostro, dije:

- Espera, mírame bien, hay más además de ésto ¿Sabes mirar más allá, o sólo deseas un cuerpo?
- Deseo un cuerpo, y a ti.
- Respuesta correcta.

Un enorme y audaz beso confirmó mi aprobación. No me equivocaría esta vez.

domingo, 18 de octubre de 2009

Respiro

Entonces respiro. El aire entra repentinamente en mis pulmones. Una hora después me encuentro mareada pero viva, hablando con mi amiga.

- Tendrás que ir tú, ya ves que no puedo caminar. Creo que tengo la pierna rota.
- No te dejaré aquí con estos dos.
- Míralos, no pueden con su alma. Están bastante peor que yo y encima borrachos. No ocurrirá nada, tienes que ir a por ayuda.
- Me llevará un par de horas llegar a la ciudad, por aquí no pasa un alma y el trayecto será lento. Me duele todo.
- Lo sé. Tranquila, no nos moveremos de aquí, tengo una botella de agua y un chocolate. Vete por favor, no dejes pasar más tiempo.
- Ok.

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- Rubia.
- Qué quieres.
- Lo siento.
- No me digas.
- Estuvimos en una fiesta en la playa. Bebimos demasiada caipirinha.
- Pues no deberías haberte detenido entonces. Juega con tu vida si quieres, pero no con la de los demás.
- No me di cuenta de mi estado, pensé que controlaba más. ¿Cómo te llamas?
- No te lo diré. No me hables, déjame en paz.
- Mira, está anocheciendo.
- ¿Y qué?
- No me encuentro bien. Me duele y tengo frío.
- Espera. Toma, bebe un poco de agua y una toalla.

Descubro sus ojos. Son claros y bonitos.

- Lo siento.
- Déjalo ya.
- Eres muy guapa ¿Te duele la pierna?
- Sí.
- Esa estrella brilla tanto como tus ojos. Mírame otra vez.


Al llegar, la ambulancia descubre a tres personas. Una durmiendo; las otras abrazadas y en paz disfrutando de un nuevo presente construído en un pequeño lapso de tiempo. Las segundas oportunidades otorgadas con fe, logran imposibles.


jueves, 15 de octubre de 2009

Playa


- ¿Hacemos autostop para volver a casa?
- ¿Te parece? Me da algo de miedo.
- Todos lo hacen. Venga.
- Vale. Pero todavía no nos vamos ¿No? Se está muy bien en la playa a esta hora.
- Ok, una hora más y nos vamos. Así nos da tiempo a decidir qué nos vamos a poner esta noche.
- Ya. Pues nada de lo que traje me gusta, quizá te pida algo prestado.
- No creo que te guste nada de lo mío, tienes un estilo muy particular.
- Gracias, amiga.
- De nada. Sé que te encanta vestir así. No te quejes.
- Tienes razón, me encanta.

 En la carretera.

- Mira, uno se detuvo.
- Corre.
- ¡Hola! ¿Vais a la ciudad?
- Sí. Os llevamos.

Susurros

- No me gusta su aspecto, creo que está borracho.
- Qué dices, yo no he notado nada.
- Ok. Como quieras.


- Te lo dije. Mira cómo conduce.
- Calla, no me pongas nerviosa.
- Está borracho tía, y el otro también. Le diré que se detenga.
- Espera. Si le dices algo se enfadará.
- Tenemos suerte de ir por esta carretera, no hay tráfico. Sólo veo arena.
- Sí. Verás que no ocurrirá nada, llegaremos bien.
- Mira, se está desviando ¿Adónde nos lleva?
- Joder. ¿Qué hacemos?
- Espera.

Me dirijo al conductor

- Oye.
- Qué, guapa, dice.
- Creo que nos vendría mejor que nos dejes por aquí porque... Oye ¿Ves el poste? ¿Lo ves? ¡Cuidado!


Gritos. Golpes. La arena entra por las ventanillas. Todo gira sin control. Pierdo el sentido de la orientación. Me asombra escuchar el sonido de mi ropa al desgarrarse. El rostro hermoso y sereno de mi madre aparece frente a mis ojos y entonces..

lunes, 12 de octubre de 2009

Teatro y amor.

Tengo que darme prisa, no llego. Me pondré el vestido que me regaló G., me sienta bien. Iré por última vez, ya he visto la obra cinco veces pero me ha pedido que vaya. Luego quiere ir a cenar. Le diré que prefiero que vayamos solos, ya cenamos con todos los actores ayer, espero que no quiera repetir hoy. Me caen muy bien pero siempre hablamos de lo mismo, que si la actuación de M. fue pésima, que si L. se quedó en blanco, que si F. sufrió unos segundos de pánico escénico al comenzar...
Tomaré un taxi, aquí llega uno. Me encanta ir porque siempre es diferente. Dios, cuánto me gusta verlo actuar. El momento en que la besa, en la escena de amor, ya no me molesta tanto. Sólo me concentro en la técnica. Tal vez huela mal como la última vez. Tiene que besarla aunque no le apetezca. Pobrecillo.
Aquí hay un buen sitio. Anda ¡Si las de adelante son R y F! Han aceptado la invitación. Cuando se entere G. le dará algo, lleva un mes intentando que vengan. Ojalá mencionen la obra en el programa que conducen, su carrera daría un gran paso.


 Durante el intermedio escucho claramente la conversación de las conductoras sentadas delante:

- ¿Has visto al argentino?
- Sí, está muy bueno.
- No sólo está bueno, es un gran actor.

El orgullo por mi chico me sale por los poros. Continúan hablando:

- Cuando acabe la obra iré a saludarlo al camerino.
- ¿Te acompaño?
- Creo que no, me apetece echar un polvo, no creo que se resista. Ya sabes como es esto. (risas)

¡Coño! Jodida cabrona, tengo que volar. Llegaré al camerino antes que ella y me plantaré a esperarlo, paso de la segunda parte.

Acaba la segunda parte, me encuentro en la puerta del camerino esperando a mi chico. Aparece R. y pregunta muy alegremente:

- Hola ¿Has visto a G? Me gustaría saludarlo. Ha sido una gran actuación.
- Todavía no ha llegado, también lo espero, digo con una amplia sonrisa.
- Ah ¿Y tú eres?
- Una amiga, miento. No quiero que se sienta condicionada, la opinión de la tía es importantísima en la carrera de G.
-Ya.

Aparece G. sudando y cansado. Cuando repara en R. se queda algo alucinado. Ella se adelanta, se presenta y le pide que la invite al camerino. Dice que le gustaría hablar con él en privado. Coño.
G. me mira, me guiña un ojo y la hace pasar. Me quedo fuera esperando y comiéndome las uñas. De pronto una sonrisa se dibuja en mi rostro recordando la noche anterior, y la anterior, y la anterior, y todas las que pasamos juntos. Seis meses increíbles. Las cenas abandonadas a medias por no poder aguantar las ganas. Aquella vez en la que comprobé su fuerza cuando en medio del sexo me elevó por los aires para llevarme a la cama porque se sentía incómodo en la cocina. Todo sin dejar de follar. Uf, tengo tanto y bueno en mi memoria.

La puerta se abre de golpe. Sale del camerino sonriéndome, me coge por la cintura, me mira con mucho amor delante de R. y dice: 'vamos cariño, es hora de cenar'


jueves, 8 de octubre de 2009

8 DE OCTUBRE.

Es un día diferente, un día en el que muchos nos hemos unido para hablar de algo en especial, la solidaridad. Hoy, más de 100 blogs hablaremos sobre ella, participaremos en esta iniciativa con lo que nos apetezca, un artículo, una opinión, relato, observación. En mi caso lo haré publicando un relato que escribí hace unos cuántos meses ya, así que algunos tal vez lo recuerden, expresa un poco lo que yo entiendo por solidaridad. Aquí lo dejo.


VEN CONMIGO.

De pie, esperando la luz verde del semáforo, la vi. La imagen golpeó mis sentidos. Inclinada sobre su bebé, intentaba cambiar su pañal manteniéndolo inmóvil sobre una enorme pila de periódicos que llegaba hasta su cintura, piel morena, rasgos indígenas, tres niños más a su alrededor, pequeñísimos, que se ofrecían para limpiar las lunas de los coches que se detenían en el semáforo, una imagen bastante frecuente en Buenos Aires, aún en los barrios más favorecidos. No pude evitar acercarme.


-Ven conmigo-dije
-Dame plata.
-No, ven conmigo.


Cogió a su bebé y me acompañó; entramos al super sorteando las miradas de desaprobación de la gente, eramos personas non gratas en aquel gran espacio lleno de comida y gente bien.

-Elige.
-¿Puedo?
-Puedes, pero contrólate.
-Si, gracias.


Eligió arroz, atún, pañales, agua, fruta, pasta, cepillos de dientes.. De vez en cuando me echaba una mirada para comprobar si le permitía continuar, estaba encantada, su mirada radiante, una leve sonrisa , y su bebé..una preciosa criatura de meses. Nos caímos bien, me gustó su criterio a la hora de elegir, eran cosas básicas y necesarias, nada de mariconadas que no alimentaban. Cuando salimos me dio las gracias, me costó despedirme, le cogí cariño en menos de quince minutos, así que tomé por costumbre llevar algo siempre conmigo y, cuando pasaba por el sitio donde se instalaba con los niños para trabajar (casi todos los días), se lo entregaba con un gesto cómplice, solía recibirlo con una sonrisa y un 'gracias señora'. Mi viaje llegaba a su fin, debía volver a Madrid, cuando me despedí, una lágrima se deslizó por su mejilla, y pensé que éste es un enorme y absurdo mundo que se dirige raudo hacia la autodestrucción. Quizá podamos volver a surgir de sus cenizas si intentamos, unidos, llevar a cabo los cambios necesarios para funcionar correctamente, mientras tanto, seguirá siendo un mundo de mierda para mucha, muchísima gente, nada podrá cambiar esa realidad, nada, nadie, nada, no hay políticos, no hay recursos, no hay acuerdos, no hay nada, estamos solos. Sólo importa el sentimiento, el impulso, el hoy, la sonrisa, la libertad, ya nada más importa.

sábado, 3 de octubre de 2009

Esta noche

Esta noche, cuando todos se hayan acostado, abriré una botella de vino blanco y daré la noticia a mi chico. No puedo imaginar su reacción. Lo único que sé es que no será negativa; estoy segura de su amor por mí.
En efecto, cuando se lo digo; en voz baja y al oído, sólo atina a besarme largamente. Nunca deja de sorprenderme su forma de transmitir lo que siente. Este hombre es adorable.
Permanecemos en la cama, relajados, mi cabeza descansa sobre su estómago. Me acaricia suavemente el cabello en silencio. Supongo que trata de digerir la noticia; lo hace a su manera, con serenidad.
No deseo estropear este momento con palabras. Ya habrá tiempo para hablar. Me duermo en esta posición, soñando con un futuro donde pueda ser libre de hacer o sentir, sin temor a hacer daño a nadie.
Despierto en la oscuridad al sentir una boca sobre la mía. Una lengua suave acaricia la mía. Es su forma de decirme que es feliz con la novedad. Me entrego a sus caricias y disfruto. Mis manos en su pelo, en su cuello, en su rostro. Sus manos en mi cadera, en mis muslos, en mis pechos. Mis ojos, fijos en los suyos. La vida es este momento, lamento que no dure eternamente. Al día siguiente amanezco radiante, más enamorada que nunca; y lo mejor es que tengo la seguridad de que él siente lo mismo. Lo leo en sus ojos y en su sonrisa. Serán nueve hermosos meses.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Sin ganas

- Ven a la cama.
- Ya voy, me estoy poniendo el pijama.
- ¿Por qué no te cambias aquí?
- Si me cambio delante de ti te pones como loco, ya sabes, y hoy me duele la cabeza.
- ¿Otra vez?
- Cómo que otra vez, nunca me duele.
- Siempre te duele.
- Estás equivocado. HOY me duele. Necesito dormir.
- Yo no.
- Pues haz lo que quieras. Mira la tele.
- No puedo, sabes que sólo con mirarte me pongo como una moto.
- Pues no me mires.
- Qué graciosa.
- Vale, me pondré mi pijama anti-morbo, ya verás como se te quitan las ganas de todo.
- Da igual lo que te pongas, contigo siempre tengo ganas.
- Por favor, déjame dormir hoy.
- Vaale.

 En la cama:

- Qué haces.
- Nada.
- Has dicho que me dejarías dormir.
- Pues duerme.
- Así no puedo. Si te quitas de encima, tal vez, pesas un poco.
- Qué va.
- Joder, no me vaciles y déjame dormir.
- Vale.

Se da la vuelta. Tras un par de minutos:


- Qué ¿Ya te has dado por vencido?

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cicatrices

- Le gustas.
- ¿En serio?¿Te lo ha dicho?
- Sí.
- Pues es un poco raro, muy grunge.
- Si, pero te encantará su coco, te conozco.
- Ya. Pero a veces resulta que no son lo que aparentan.
- Quiere llamarte para quedar.
- No sé, quería unos meses de tranquilidad después de lo de F.
- Pasa de la tranquilidad, tía.
- Sí, tienes razón, la tranquilidad me aburre a morir.
- ¿Le doy luz verde para que te llame?
- Espera ¿Lo conoces bien?
- Sí, es un tío genial, sabes que es actor. No hace más que preguntar por ti, dice que tienes cara de ángel.
- ¿Eso dice?
- Sí.
- Ya estoy enamorada. Dile que me llame.


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Suena el telefonillo.

- Hola. Soy G ¿Bajas?
- Hola. No, mejor sube.

Llega al apartamento.

- Hola, siento recibirte así, en albornoz. Pasa, me gustaría hablar un momento contigo.
- Vale pero ¿Te encuentras bien?
- S, es sólo que, mientras me cambiaba se me ocurrió pensar que todo este rollo de salir para conocernos, ir a lugares atestados de gente´, (lo odio), intentando ser amables y correctos me agota. De pronto tuve ganas de recibirte así, en mi casa, en albornoz y sin maquillaje. Así soy yo. No tengo ganas de representar ningún papel. Si te apetece, pasa, preparo algo de comer, hablamos de lo que quieras y nos conocemos. ¿Que te parece?
- ¿Qué me parece? Una idea genial.
- Uf, qué bien.
- Ahora me gustas más.
- (sonrisa)
- No hagas eso, si sonríes así a todo el mundo, estás en peligro.
- (Más sonrisas) Te enseñaré algo. Mira, ésta es mi cicatriz más grande, 22 puntos, me caí esquiando y llevo dos tornillos quirúrgicos en la rodilla. Tengo la columna desviada unos pocos centímetros, casi no se nota pero si miras bien lo adviertes ¿Lo ves?
-Si, estás desnuda.
-Pues sí. ¿Te molesta? Nos estamos conociendo ¿No?
- Perfecto, me quito la ropa y te enseño las mías.
- Vale, traigo algo para beber mientras.
- Vale. Yo sólo tengo una pero es muy fea. Me mordió un perro cuando era pequeño.
- Ya veo, es grande y profunda.

Un momento de silencio.

- Ven, hermosa.

Fui con ganas, con ilusión. Me gustaron su cicatriz, su tranquilidad y su voz. Lo amé, y se quedó conmigo durante mucho tiempo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Sin futuro

- Pasa.
- ¿Que sucede? He venido casi corriendo.
- Me encuentro fatal.
- Qué ha pasado.
- Ella lo sabe.
- ¿Lo sabe?
- Sí, y él tiene miedo.
- Pues...
- No podremos continuar.
- Sabías que esto podría ocurrir.
- Sí, siempre supe que él no daría un paso hacia este lado.
- ¿Entonces?
- Entonces toca sufrir, joderse. Toca resignarse a pesar del amor. Pero la vida es así, si juegas con fuego te quemas, no hay más.
- Sí, hay más.
- No, no hay más. Para que haya más tiene que haber huevos, y eso es lo que no hay.
- ¿De tu parte o de la suya?
- De la de ambos.
- Pero...
- Pero nada, no hay más, el miedo te paraliza cuando hay demasiado en juego. En un mundo como éste no te puedes permitir el lujo de ser espontáneo, de seguir tus impulsos, no debes mirar más allá de tu pequeño mundo. Todo está preparado para pasarte factura si lo haces, para hacerte pagar por los ratos felices que has logrado conseguir siguiendo tus impulsos. No puedes transgredir sin ser condenada. Así que ahora, a pagar por mis ratos felices.
- Lo siento.
- Aún recuerdo cuando lo conocí, aún recuerdo la primera vez, su forma de mirarme, aquella habitación, aquella situación.
- Cuéntame.
- Cerré la puerta con miedo pero era perfectamente consciente de mis actos, y él también. Nos deseábamos demasiado como para contenernos. Creímos que sería cosa de una vez pero cuando la orden es dada por el cuerpo, el cuerpo manda, el cuerpo exige, es tirano. Mientras nos besábamos intuí que los problemas llegarían, esa boca me gustaba demasiado como para renunciar a ella. Cuando caímos sin control sobre la cama, su piel y su sabor ya habían impregnado mi cuerpo y mi mente. Cuando lo miré a los ojos llevando su mano a mi vientre casi sin darme cuenta, sentí la angustia de la cercana despedida. Cuando llevé mi boca a la suya; cuando lo sentí dentro de mí, furioso y decidido, sospeché que las consecuencias serían más graves de lo que hubiese podido imaginar. Cuando aquel hermoso y adictivo sentimiento se hizo presente en la habitación, supe que había iniciado mi camino al sufrimiento.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Propuesta

- ¿Qué tal, tío?
- Bien ¿Y tú?
- Bien ¿Qué hacías?
- Miraba un programa pedorro.
- Ah.
- Qué ocurre.
- Pues, quería hacerte una propuesta.
- Dime.
- Somos amigos desde los dieciocho años. Eres gay. Te quiero como si fueses mi hermano. No tienes, (de momento), pareja estable.
- Me está temblando el pulso, sigue.
- No necesito una respuesta ahora. Piénsatelo bien, en unos días me respondes.
- Joder ¡Qué!
- Si M. se muere antes que tú y me encuentro viuda y sola en este mundo de mierda, donde no se puede confiar en nadie y donde nunca, nadie, me entenderá (lo sé) como tú ¿Tendrías inconveniente en vivir conmigo? A esa altura te dará igual ser gay, o hetero o lo que fueses. No tendrías hijos, estarías solo. Nos haríamos compañía y nos partiríamos tío, como lo hacemos siempre. Me da pánico la soledad, y no confío ni confiaré en nadie nunca más, estoy segura.
- Hecho, pero ¿Y si tengo pareja en ese momento?
- Pues me espero un par de años, nunca te duran más de tres.
- Tienes razón, y contigo me lo pasaría mucho mejor que con cualquier anciano achacoso.
- Eso desde luego. ¿Quieres pensártelo un poco más?
- No, me parece estupendo. Deberíamos escribirlo para no olvidarlo.
- Ok. Mañana lo redacto y lo firmamos. Uf, es un alivio tener nuestra vejez organizada.
- Sí, genial.
- Vale, te dejo, tengo cosas que hacer, mañana hablamos.
- Hasta mañana.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Caprichos

Me gusta someterte a mis caprichos, saber que logro lo que quiero cuando lo pido o lo deseo. Me encanta comprobar que has asumido mi poder y te dejas manejar sabiéndote su prisionero. Una cremallera bajando suavemente logra transformar tu enfado en deseo. Me conoces y me aceptas, me provocas y me acechas. Vete, estoy cansada y agobiada. No lo haces, insistes hasta hartarme. No hables más ¿No comprendes que me irritas? Espalda con espalda, intento dormir sin conseguirlo, tu pierna se instala sobre mi, tu brazo me rodea insistente. Basta, quiero paz. Imposible, acabo sucumbiendo. Un raro mecanismo me hace cambiar, ya no hay irritación, ahora comienza el deseo. Dame lo que quiero, así no, espera, mejor así.

domingo, 30 de agosto de 2009

Muchas gracias por estas palabras.

Pues sí, es mi cumpleaños, no pensaba hablar de ello porque no suelo dar demasiada importancia a este día. Hombre, claro que me gusta que me feliciten, que me digan cosas bonitas, sentirme la reina de la casa y que mi hijo me cante el cumpleaños feliz desafinando, eso no se discute, pero hasta ahí llega mi entusiasmo.
Cuando volví de mi cena familiar de cumpleaños me encontré con el post de Santi en su blog, y bueno, lees inesperadas palabras que te llegan al corazón y te apetece compartirlas, enseñarlas ahora sí, con entusiasmo. Te apetece demostrar al mundo que el cariño desinteresado existe, que cuando una persona te llega y también llegas a ella, es un placer que los demás lo sepan, por eso agradezco sus palabras, por eso mis ojos se llenaron de lágrimas anoche, y por eso le digo hoy, delante de todos, que cuando soy amiga de alguien de verdad, lo soy para toda la vida, lo Siento Santi, tendrás que aguantarme durante muuuucho tiempo. Su post:


'tengo una amiga de esas que cumplen años y me llevan y acompañan en mi camino de luz, una amiga que es llamada, voz, cariño, ciencia, verdad y vida y luz y fe y consciencia y error y camino y levantarse y dar y seguir ahí buscando estando solo o no, estando sola o no tengo una amiga buena con palabras y libros y aventuras y escritos y pasado y la plata y manzanares juntos, y amiga de palabras y de hechos, de las puertas abiertas y la voz en el alma, de preguntar por ti si no estás bien, de preocuparse luego, de buscarte, de sentirse querida y querido también sentirte tú, una amiga con ciencia y con consciencia, y las palabras duelen y las palabras vuelan y las palabras aman y las palabras dan, y mi amiga me ama al ser amiga, y mi amiga es palabra y es verdad, y sus ojos son claros y su voz argentina, y dorado su gozo y dorada su voz, y los ojos se encienden y mi amiga está hablando, y hoy hay paz en la calle y es domingo en madrid, mi amiga cumple años y está soplando el viento, y el cielo todo entero se hace estrellas por ti, amiga mía buena, amiga mía paz, el cielo todo entero se enciende todo en velas esta noche para que te hagas viva como amiga en el siempre que es hoy, para que no me faltes, para que no me olvides, para que siempre estés, para que no te quede duda alguna de que yo sigo aquí con mis ausencias y mi soledad viva, de que yo sigo aquí conmigo y siempre en ti, siempre contigo y vivo, siempre contigo y fiel a tus ojos de niña y a tu bondad sin hiel, todo niño y amigo, todo niño a tus pies'


Me encanta y te quiero mucho amigo, gracias, de corazón.

jueves, 27 de agosto de 2009

Viaje V. (Final)

Al día siguiente C. se presentó en mi casa a bordo de un estupendo descapotable azul.

- Lo alquilé por unos días, dijo.
- Es bonito.
- Tengo ganas de viajar al sur, a Bariloche ¿Te apetece acompañarme?
- ¿En serio?¿En coche? Son muchos kilómetros.
- Tengo tiempo, estoy de vacaciones ¿Te gustaría venir?
- Pues..¡Claro! podría faltar unos días a la facultad, eso no es problema.
- ¡Genial! Lo pasaremos estupendamente pero ¿Qué dirá tu madre?
- ¿Mi madre? jaja Está enamorada de ti. Como sigas enviando rosas todos los días tendrás que casarte con ella, te lo advierto. ¿No será mucho?
- Todo es poco para ti, seguiré enviándolas, cada día de un color, y además agregaré bombones, te pondrás como una foca.
- Jaja, estás loco!
- Por ti, enfermo, loco, mareado, me gusta todo de ti, hasta tu cara de mala leche.
- Jaja joder tío, reacciona.
- Ok, reacciono, dame un beso.
- Espera, espera.
- Vale, salimos ya mismo para Bariloche, prepara un bolso con dos tonterías, quiero alquilar una cabaña con chimenea, con música, con vistas, con una cama enooorme.
- Jaja ¿Estás muy loco lo sabías?
- Sí, y te encantará mi locura cuando la conozcas mejor. Anda vamos, mientras preparas el bolso hablaré un rato con tu madre.

Preparaba el bolso y aquel 'te quiero' de su padre resonaba en mis oídos molestando, dando vueltas. Lo espanté como se espanta a un mosquito y me concentré en los días que me esperaban.
'Vale, tal vez sea una imprudencia, pero será divertido, Bariloche me encanta, conozco la ciudad bastante bien, lo llevaré a recorrer lugares que le encantarán. Ni siquiera nos hemos besado todavía pero, qué mas da, a veces las cosas salen mejor cuando no se planifican, si no me gusta no tendré reparos en decírselo y será simplemente un viaje turístico con un amigo, al menos eso espero', pensé, ilusionada.

Sabía que iba directa a sus brazos, temía ese momento pero a la vez lo deseaba, me atraía, deseaba besarlo y abrazarlo, no me apetecía buscar ningún pero.
Durante el viaje, el aire acariciaba nuestros rostros con suavidad, la música sonaba tranquila, su mano en mi rodilla hablaba de su ilusión y expectativas. De pronto tuve miedo de hacer daño a ese chico, pero me obligué a disfrutar. ¿Para qué pensar en cosas que escapaban a mi control?
La cabaña era preciosa, con unas espléndidas vistas a las montañas nevadas, grandes ventanales, todo el confort y más. Nada más abrir la puerta me abrazó, sus ojos se clavaron en los míos, su mano se deslizó por mi cuello y mis hombros mientras me hablaba al oído.
- Loco, estoy loco por ti cariño. Tanto que me tiemblan las rodillas, tanto que creo que no lo soportaré, ayúdame.
- Ok, tranquilo, vamos a ducharnos, nos relajamos, preparas algo para beber y nada, dejamos que las cosas fluyan de forma natural. ¿Te parece?
- Vale.

Y fluyeron. Después de ducharnos bebimos una copa observando el paisaje, los dos en albornoz, él detrás de mi abrazando mi cintura, él detrás de mi susurrando palabras en mi oído, él detrás de mi deslizando sus manos sobre mi cuerpo ya desnudo, él detrás de mi, detrás de mi obligándome a notar su urgencia, las palabras me llevaron más alto que cualquier caricia, sentir su loco deseo hizo que el mío aumentase dejándome sin aliento, esperando más. Fue salvaje, fue tierno, fue absurdo, fue todo lo que podía haber sido y más, incansables, la noche entera y la siguiente, y las demás, hasta que, de pronto, en medio de una cuarta noche de sexo imparable lo vi, vi a su padre besándome, lo vi acariciarme, lo vi deslizarse hacia mi con sus ojos fijos en los míos. Aterrada descubrí cuánto se parecían sus cuerpos y sus formas de amarme. En ese momento comprendí que debía acabar con esa historia, era complicada y tuve miedo, de todas formas, sabía que no llegaría a buen puerto, no dejaría mi vida para ir a vivir a San Francisco, y así se lo hice saber. Me llevó toda la noche convencerlo de que no podríamos llevar adelante una relación en esas condiciones. Me apenó enormemente ver la desilusión en sus ojos, oír la tristeza en su voz, pero lo comprendió. El día de la despedida, en el aeropuerto, la angustia atenazaba mi garganta, nos abrazamos con fuerza, sólo tenía clara una cosa, había amado de verdad al padre y al hijo, justo por eso debía dejar que se marcharan.


Fin.

lunes, 24 de agosto de 2009

Viaje lV

Permanecí un buen rato inmóvil, pensando. ¿Llamar a P? ¿Para qué? ¿Qué le diría? Si él no ha llamado para advertirme sobre esto, será que le da igual, pensé. No lo llamaría para decirle 'Oye, tu hijo se presentó en Buenos Aires, no se qué hacer con él'. No. Ya me apañaría yo de alguna forma. Sería un bloque de hielo, un iceberg, pobrecillo, se le quitarían las ganas de acercarse a mi en un minuto, cuando me lo proponía podía llegar a ser muy antipática. No me acostaría con el padre y con el hijo porque eso estaba MAL.

Al día siguiente me encontraba riendo a carcajadas en un restaurante de Las Cañitas con C, su prima y un par de amigos más que se sumaron al evento. Bebíamos más de lo aconsejable pero me lo estaba pasando estupendamente, que tío tan gracioso resultó ser, y guapo además. Me hizo repetir veinte veces la palabra 'único' en inglés porque le gustaba la forma que adoptaba mi boca al pronunciarla, mucho cachondeo. Por la mañana fuimos a recorrer San Telmo y su mercado de artesanías y antigüedades, hicimos fotos muy divertidas, mi amiga estaba empecinada en dejarnos a solas y yo no se lo permitía, finalmente desapareció y de pronto me encontré caminando de la mano con C, recorriendo los puestos callejeros, me dejé llevar como una niña pequeña, me sentía bien. Tomamos algo en una cafetería atestada de gente, de pie y hablándonos muy cerca, rozándonos, de vez en cuando me acariciaba una mano, una mejilla, el pelo, me miraba, joder, cómo me miraba. Una mirada cargada de amor, de admiración, de esperanza. No se puede escapar de ese tipo de miradas, son implacables, te derriten, la seducción se hace presente sin permiso, se instala y no se puede evitar. Hice acopio de toda mi fuerza de voluntad y de alguna forma logré llegar a casa ilesa, no dejé que me besara, dije que tenía prisa y me fui sin mirarlo. Por la noche, al abrir mi bolso, encontré algunas cosas dentro, un prendedor en forma de mariposa que le había señalado diciendo que me gustaba, una pulsera con piedras de colores, un llavero muy bonito..Había colocado esas cosas en mi bolso sin que yo lo notara, me conmovió. De pronto sentí la necesidad de hablar con P, me lo pedía el cuerpo, así que cogí el teléfono y llamé a San Francisco.

- Hola.
- Hola guapa ¿Cómo estás?
- Pues..
- Sí, suponía que me llamarías.
- Yo suponía que lo harías tú.
- No pude, no sabía qué decirte, C. me sorprendió con su decisión de viajar, nunca lo había visto así, no pude evitar el viaje, ni quise hacerlo.
- Pero..
- Escucha cariño, has sido lo más bonito que me ha sucedido en los últimos años, desde aquel día soy otro, pero sabemos que no podemos ir más allá, considérate libre de hacer y sentir lo que quieras y con quien quieras, si es con mi hijo pues, intentaré comprenderlo y asumirlo, yo ya he vivido, deseo que mi hijo sea feliz. Por favor, no te comas el coco, ni te atormentes.
- Vale, no preguntaré más.
- No, es mejor así. No preguntes.
- ¿Seguro?
- Qué necesitas saber ¿Si te he echado de menos? ¿Si he pensado en ti?
- Pues sí.
- Cada día, y seguiré haciéndolo, eso me hace feliz.
- Ya, bueno, me hace bien saber que he alegrado un poco tu vida entonces.
- Intenta buscar tu camino cariño.
- Lo intentaré.
- Un beso muy grande.
- Otro para ti.
- Espera.
- Dime.
- No olvides que te quiero, a pesar de todo.
- ¿Me quieres?

Colgó. Coño ¿Por qué colgó? Dice que me quiere y cuelga, pensé. Pues nada, no me comería el coco, haría lo que me pidiese el cuerpo y ya, nunca había programado mis acciones, no iba a empezar justo en ese momento.

viernes, 21 de agosto de 2009

Viaje (lll)

...Las vacaciones llegaron a su fin, el día del regreso nos despedimos con un gran abrazo cargado de afecto, suponíamos que no nos volveríamos a ver, aquella noche permanecería alojada en nuestros corazones, cuerpos y mentes, sería un recuerdo especial, pero no tenía sentido hablar de nada, no había nada que decir.
Ya en Buenos Aires, volví a mi vida de siempre, la facultad, el trabajo y los amigos, intentando no dar demasiada importancia a lo que sentía (lo echaba de menos, pensaba en él). Evitaba recordarlo demasiado. Un mes después, al llegar a casa, encontré un enorme Ikebana en el salón, era casi tan grande como un arbusto.

- ¡Mamá! ¿Qué hace esa especie de 'árbol' en el salón?
- Dímelo tu, acaba de llegar de San Francisco, es para ti.
- Joder (¿P. me había enviado un árbol? )
Corrí a leer la tarjeta que acompañaba al regalo, ponía:
'Me disculpo por no haber podido dedicarte más tiempo, me hubiese encantado enseñarte algunos lugares especiales de la ciudad'. Firmado: 'C'.
¿C? ¿Su hijo? Pero si apenas hemos cruzado un par de palabras, vino un par de veces con nosotros de excursión pero casi no hablamos, pensé.
En realidad no sabía que pensar así que llamé a mi amiga (su prima) para contarle.
Cogió el teléfono muy excitada, diciéndome que su primo acababa de llamarla para avisarle que al día siguiente llegaba a la ciudad.
- ¿Mañana? ¿Viene con su padre?, pregunté muy interesada.
- ¿Con mi tío? No, qué va, viene solo, debemos llevarlo a recorrer todo Buenos Aires, anda, ponte a preparar un itinerario turístico.
- ¿Yo? Tía, es tu primo, ocúpate tu, además no se si podré acompañarlos, tengo exámenes.
- No me puedes decir eso, en realidad viene a Buenos Aires por ti.
- ¿Por mi? Pero qué dices.
- Sí, me ha pedido que no te diga nada pero, si te pones en ese plan no me queda más opción que decírtelo, le gustas mucho, tanto como para venir a verte, quiere conocerte mejor.
- Me estás vacilando tía.
- Pues no.
- Coño. ¿Su padre lo sabe?
- Y yo que sé ¿Qué tiene que ver su padre?
- Nada, nada.
- ¿Qué te parece?
- Qué.
- Pues lo que acabo de contarte, joder.
- Ahora entiendo lo del árbol.
- ¿Qué árbol?
- Mañana te cuento, tengo que dejarte.
- Bueno, entonces empieza a pensar en los mejores lugares de Buenos Aires, quiero que lo pase fenomenal. Tía, qué contenta estoy, mira si acabas formando parte de la familia.
- No digas tonterías, te dejo, hablamos mañana.
Colgué el teléfono pensando que me había metido en un buen lío.

martes, 18 de agosto de 2009

Viaje (ll)

...Y entonces pensé que no me atrevería a ser tan audaz, no me acostaría con el tío de mi amiga porque eso estaba MAL, así que lo miré a los ojos y:

- No puedo quedarme, lo siento, todos se darían cuenta y sería muy embarazoso para los dos, pero todavía tenemos veinte largos días por delante y nos alojamos en tu casa, habrá tiempo para conocernos si lo deseamos, de todas formas gracias por la invitación, me ha encantado, dije acercándome seductora a su oído.
Me miró con la decepción pintada en la cara y dándome un toque en la nariz con un dedo dijo:
- Anda, ve y diviértete.
Me fui preguntándome por qué debía comportarme, me fastidiaba tener que renunciar a momentos que prometían ser interesantes, o al menos intensos, pero en fin, la razón me decía que debía ser prudente.

Los días que pasamos en San Francisco fueron divertidos e interesantes, recorrimos bastante la ciudad, nos levantábamos temprano y partíamos en el coche con P. (el dueño de casa ) mi amiga, su madre, yo, y a veces se sumaba su hijo. Visitamos el Goden Gate, Sausalito, el barrio chino, Alcatraz y muchos lugares más, es una ciudad increíble, con sus cuestas y sus elegantes calles.
Por la noche, cuando llegábamos a casa, P. nos invitaba a compartir su enorme yacuzzi ubicado en la terraza, desde allí se podían observar todas las luces de la ciudad, y atención al detalle, la consigna era beber una copa de champagne entre burbujas, joder, era un hombre encantador y muy especial, cada día me gustaba más. Su amabilidad, su sensibilidad, su conversación. Cuando salíamos de excursión nos las arreglábamos para ir andando algo apartados de los demás y así podíamos hablar a gusto de nuestras cosas.
Aquella noche todos nos encontrábamos particularmente cansados, las burbujas del yacuzzi y el champagne nos adormecieron un poco, mi amiga y su madre no tardaron en disculparse y se retiraron a dormir, intenté hacer lo mismo pero me apetecía quedarme un poco más, me sentía rara, cansada pero a gusto. No pude evitarlo, cuando nos quedamos a solas un manto de energía eléctrica cayó sobre nosotros, no hubo palabras, ni miradas, ni tiempo. Sólo bastó un segundo, el que me llevó quitarme el bikini y abrir los brazos, a partir de ahí las cosas rodaron solas y me dejé llevar, feliz. Brazos y piernas entrelazados en el agua y luego fuera de ella, en cada rincón de aquella terraza, besos y abrazos prohibidos, puro deseo. Una noche sólo nuestra, oculta, y de la que nadie, nunca, supo nada. Lo que ocurrió después fue algo totalmente inesperado...

sábado, 15 de agosto de 2009

Viaje

Me sentía inquieta, fingía dormir pero en realidad observaba con el rabillo del ojo a mi amiga y a su madre, sentadas en los asientos ubicados frente al mío, aparentemente dormían también. Me fastidiaba que su madre hubiese decidido acompañarnos a último momento, se suponía que sería un viaje divertido, dos amigas de 21 años rumbo a San Francisco, genial. Cuando me lo propuso acepté sin dudarlo, siendo ella auxiliar de vuelo tenía acceso a billetes realmente económicos, y nos llevábamos estupendamente. Cuando me enteré de lo de su madre..

- ¡¡Pero tía!!
- Qué quieres que haga, ha decidido venir, quiere asistir a la fiesta de compromiso de mi prima.
- Pensábamos ir SOLAS a esa fiesta, joder.
- Pues no puedo decirle que no venga, en definitiva es SU familia.
- Ya verás como nos fastidia el viaje.
- No, ya verás que no lo notaremos.
- ¡Ja!
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- Abróchate el cinturón, atravesamos turbulencias.

Joder, ni siquiera dormida dejaba de hacer su trabajo, me lo abroché obediente, la verdad es que se movía bastante. Mientras me sacudía como si estuviese dentro de una coctelera pensaba en la forma de librarnos de su madre para poder disfrutar de unos días de libertad recorriendo un par de lugares que me apetecía ver.
Llegó el día de la fiesta de compromiso, el tipo de evento que detestaba, convencional, todo el mundo con traje de noche. Cuando me presenté en la habitación, antes de partir hacia la fiesta, con mis borceguíes, mis pantalones pitillo y una camisa blanca que llegaba a mis rodillas, tuve el primer enfrentamiento con la madre de mi amiga.

- No pensarás asistir así.
- Pues sí.
- Pues no lo puedo consentir.

Lo cierto es que en aquella época me había obstinado en parecer 'rara', y lo conseguía. No soportaba ir a la moda y necesitaba destacar de alguna forma, pero siempre con algo de cordura.
De todas formas vistiese lo que vistiese no lograba ocultar mis rasgos algo 'angelicales' y nunca conseguía parecer lo que realmente me proponía, una mujer arrolladora y con gran personalidad pero en fin, lo intentaba.
No hice caso de las advertencias de la madre de mi amiga y la desafié asistiendo a la fiesta como iba. Cuando llegamos comenzó a disculparse por mi forma de vestir con su familia. El padre de la novia (su hermano) decidió intervenir en el asunto, rogándole que dejase de ser tan estricta, éramos jóvenes y debía dejarnos en paz, me cayó bien de inmediato. Estuvimos hablando un buen rato, el hombre (separado) tenía una excelente conversación. Una hora después se presentó su hijo, un tío de mi edad mas o menos, con buen aspecto, que se sumó a la conversación, acabamos hablando durante horas, algo apartados del resto de la gente, el padre iba y venía, atendiendo a los invitados pero siempre pendiente de su hijo y de mi.
Cuando la fiesta llegaba a su fin, decidimos ir a una discoteca cercana, eramos un gran grupo de gente y antes de partir fui a despedirme de su padre, me miró directo a los ojos, sentí sus manos sobre las mías y su voz en mi oído:
- Quédate...por favor.
- ¿Qué? No, yo..lo siento.
Al percibir la urgencia en su voz noté que mi cuerpo respondía al pedido, de pronto me apetecía quedarme, lo deseaba, y entonces..

lunes, 10 de agosto de 2009

Amores de hoy

- Me cuesta mirarte.
- Inténtalo.
- No puedo, mejor me voy.
- No, espera.
- Es absurdo, te lo dije.
- No, inténtalo.
- No quiero
- ¿Por qué?
- Porque si te miro y no me gustas sufriré una gran desilusión. Quiero que me gustes, necesito que me gustes.
- Te gustaré.
- No estés tan seguro. Si no me gustas como yo necesito que me gustes, si no te siento, todo habrá sido una gran pérdida de tiempo y eso me asusta. Prefiero esperar, no estoy preparada.
- Pero yo te quiero, esperé mucho tiempo este momento.
- Lo sé. Yo también, pero no estoy preparada. Necesito continuar amándote como hasta ahora. Si te miro y no me gustas todo se vendrá abajo, te perderé ¿No lo comprendes? No puedo perderte porque confío en ti más que en mí misma. Si te pierdo, me pierdo, no soy capaz de arriesgarme.
- ¿Pero cuánto tiempo más podremos resistir sin conocernos?
- El que haga falta. Me voy, mañana te escribo, mañana hablamos, mañana...

Piensa, piénsame, no dejes de hacerlo. Cuando me sé pensada, me sé acariciada. Vuelve mi fuerza, mis heridas sanan. Llega hasta mi tu pensamiento, te pertenezco. Arden mi mente y mi sexo. Te mantengo conmigo, te llenas de mí, recorres mi cuerpo, y me entrego.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Anna

Pues resulta que tengo una prima, una prima de la que no sabía nada hace años, bueno, sabía que escribía pero no teníamos relación de ningún tipo, cosas de la vida, las distancias, ella vive en Argentina y yo en España, tengo una enorme familia italiana en Argentina, pero nos relacionamos poco, hasta ahora. Por casualidad me encontré con su blog en un directorio y nos reencontramos. Hablamos. Nos pusimos un poco al corriente sobre nuestras respectivas vidas y nos leímos otro poco. Estoy encantada. Anna Paparella, sangre de mi sangre, pluma con pluma. La he invitado a compartir letras y aceptó. Debo aclarar que está a punto de publicar su tercer libro 'Bajo el sombrero'. Este es su blog 'Desoledadesysoles' y ésta su poesía, pertenece a su segundo libro: 'De soledades y Soles'. Un verdadero orgullo presentarla en mi blog. Qué feliz soy Anna, al tenerte aquí, conmigo.





La palabra

A veces es sólo una palabra
La que te auxilia del abismo
de la tristeza aguda
del cansancio terrenal
o del silencio sepulcral
A veces es sólo una palabra
la que te salva del aburrimiento
de la bajeza
del espanto
de la mediocridad
A veces es sólo una palabra
la que te rescata
de la soledad
angustia
vacío
sin sentido
Una sola palabra
que de pronto se convierte
en poderosa
potente
invencible.
Una palabra que nos llena de luz
esperanza
amor
ilusión
Ojalá encontremos esa palabra
cada día
ojalá la encontremos
hoy.


Preciosa, me ha encantado. Aquí mi respuesta:



Sí, Anna, una palabra obra maravillas, una palabra dicha o escrita con ilusión, nos salva. Una meta, un vivir apasionado, un llorar descontrolado, una palabra de consuelo, junto a un abrazo, a un contacto, una mirada que contiene, que apoya, que sostiene. No me dejes caer. Aléjame de la mediocridad, de la angustia y el vacío. Anímame a sentir, a crecer y vencer.
Son muchos los momentos en los que necesitamos ser salvados, encontremos nuestra palabra y aferrémonos a ella con uñas y dientes, abandonándonos, dejemos que nos transporte hacia la luz del sosiego.



Qué bonito. Gracias otra vez Anna querida por tu presencia en mi espacio, espero que no dejemos de comunicarnos, éste especial reencuentro me ha hecho mucha ilusión, un beso muy fuerte para ti.

martes, 21 de julio de 2009

Elige

La vi de pie, esperando la luz verde del semáforo, la imagen golpeó mis sentidos. Inclinada sobre un bebé, intentaba cambiar su pañal manteniéndolo inmóvil sobre una enorme pila de periódicos que llegaba hasta su cintura, piel morena, rasgos indígenas, tres niños más a su alrededor, pequeñísimos, que se ofrecían para limpiar las lunas de los coches que se detenían en el semáforo, una imagen bastante frecuente en Buenos Aires, aún en los barrios más favorecidos. No pude evitar acercarme.

- Ven conmigo, dije.
- Dame plata.
- No, acompáñame.

Cogió a su bebé y me acompañó, entramos al super sorteando las miradas de desaprobación de la gente. Eramos personas non gratas en aquel gran espacio lleno de comida y gente bien.

- Elige.
- ¿Puedo?
- Puedes. Pero contrólate.
- Sí, gracias.

Eligió arroz, atún, pañales, agua, fruta, pasta, cepillos de dientes. De vez en cuando me echaba una mirada para comprobar si le permitía continuar, estaba encantada, su mirada radiante, una leve sonrisa , y su bebé...una preciosa criatura de meses. Nos caímos bien, me gustó su criterio a la hora de elegir, eran cosas básicas y necesarias, nada de mariconadas que no alimentaban. Cuando salimos me dio las gracias, me costó despedirme, le cogí cariño en menos de quince minutos, así que tomé por costumbre llevar algo siempre conmigo y, cuando pasaba por el sitio donde se instalaba con los niños para trabajar (casi todos los días) se lo entregaba con un gesto cómplice, solía recibirlo con una sonrisa y un 'gracias señora'. Mi viaje llegaba a su fin, debía volver a Madrid, cuando me despedí, una lágrima se deslizó por su mejilla, y pensé que este es un enorme y absurdo mundo que se dirige raudo hacia la autodestrucción. Quizá podamos volver a surgir de sus cenizas si intentamos, unidos, llevar a cabo los cambios necesarios para funcionar correctamente, mientras tanto, seguirá siendo un mundo de mierda para mucha, muchísima gente. Nada podrá cambiar esa realidad, nada, nadie, nada. No hay políticos, no hay recursos, no hay acuerdos, no hay nada, estamos solos. Sólo importa el sentimiento, el impulso, el hoy, la sonrisa, la libertad. Ya nada más importa.

sábado, 18 de julio de 2009

Cosas de niños

- ¡¡Cariñooo!!
- ¡¡Qué!!
- Sube un momento.
- No, mamá ¡Estoy jugando!
- Jo, porfa, ¡Te necesito un momento!
- Qué quieres.
- Quiero escribir algo para el blog pero estoy dispersa, molesta, nada me gusta. ¿Por qué no me recitas una de esas poesías tan raras que te salen de pronto? Yo la voy escribiendo.
- ¿Ahora? No, ¡estoy jugando!
- Venga, tenemos 15 minutos antes de ponerme a preparar la cena.
- Pero, ¿Prometes no cambiar ni una sola palabra de las que te diga?
- vale, pero ¿Ni una?
- ¡Ni una!
- Está bieeenn, prometido, pero si no me gusta no la publico ¿eh?
- Vale, déjame pensar (paseíto sin rumbo por la habitación, dedo en la boca, gesto pensativo). Escribe.
-Sí (me preparo, aplicada)

'En este basto mundo todo lo busco,
desde las montañas del Everest,
busco de una espada un revés'

(Más paseítos, carraspeos, manos en la nuca)
- Sigue escribiendo, ordena.
- Sí.

'Desde el fondo oceánico, una canción de sirena
se eleva sobre la tierra.
Busco por todas partes, por todo el mundo,
todo lo busco, pero nada encuentro
porque lo que busco es la flor de fuego,
fuego apasionado hace tiempo apagado
por las aguas de la eternidad que todo
lo arrastra hacia su voluntad'

(Uf, sigo escribiendo)


'y en aquel oscuro lugar, lo que ha sido arrastrado
sólo espera su incierto final'.
(Tomás, 10 años)
- Ya está. ¿Puedo irme a jugar? ¿Luego me dirás que ha dicho la gente?
Algo conmocionada digo 'Sí cariño, puedes, ya te lo diré, pero luego te bañas ¿eh? Estás guarrísimo.
- ¡Ni lo sueñes!
- ¡Claro que te bañarás! Te lo aseguro..

martes, 14 de julio de 2009

In-consciencia

- Es que no lo sé.
- Sí que lo sabes.
- No lo sé. Y no me digas lo que sé.
- Es que sé mejor que tú lo que sabes.
- No, no lo sabes.
- Sí, sé que no estás segura.
- Ja, gran descubrimiento, nunca estoy segura de nada. Pero me lanzo de todas formas.
- Eso es lo que me gusta de ti.
- Te gusta a ti, pero no a mí.
- Venga, también te gusta a ti. No mientas.
- Vale, también me gusta a mí. Es que, no puedo evitarlo.
- Mejor.
- ¿Hasta dónde me llevará mi audacia?
- Te llevará hasta el lugar que tanto tiempo llevas buscando.
- ¿Estás segura?
- Sí, como que me llamo in-consciencia.
- ¿Puedo preguntarle a consciencia?
- Volverás a llenarte de dudas.
- Sí, tienes razón. Mejor no.

viernes, 10 de julio de 2009

Hoy comparto

Estoy contenta hoy, me sentía un poco sola en mi espacio y se me ocurrió invitar a Santiago Tena (escritor-poeta amigo al que admiro) a escribir algo conmigo, y para mi sorpresa, aceptó. Muchos ya lo conocen. Para los que no, éste es su blog 'amor y libertad' Gracias Santi, por haber aceptado, ha sido un verdadero placer compartir letras contigo. Aquí su texto:


Andrea, amor, mis ojos,
niña, mi voz de plata,
mi emoción, mi camino,
mi vos, Andrea al lado,
Andrea y sol, cristal,
y pasión y mi vida
y amar y rebuscar
y el aire está cantando,
Andrea, escucha.

Ven, Andrea, con voz
y estrella, ven consciente,
inconsciente,
sensata e insensata pero ven,
no te saltes la norma,
no te saltes la vida,
no hay más norma ni vida que engullirse,
llenarse,
no hay más carga ni amor ni libertad,
deseo ni ambición ni santidad ni zen,
ni otra psicología:
ven conmigo, ven tú,
vente toda canción, ven toda poesía,
no hay otra religión:
vive conmigo, en mí,
a mi lado y en ti y en el alma que busca y en la mujer que ansía,
ven a mí, ven, sé Andrea
y libertad fugaz
y por siempre mi amiga,
y sé consciencia y fe
y cielo azul y canta
con mí en vos,
y haz de mí en vos tu ría,
haz de mí en voz tu liga.

Precioso Santi, me ha emocionado, gracias de corazón. Aquí mi respuesta:

Santi, amor, libertad y sueño, aquí me tienes ¿me quieres? Llévame, estoy dispuesta, rompo reglas, normas y hasta muros, te escucho, consciente de lo que sé, inconsciente de lo que debo. ¿Cuánto he de buscar para encontrar mi verdad? ¿Cuánto para llegar? Soy mujer que ansía, cree, intenta, cumple, roba, crece ¿voy? Claro que sí, voy entera en letras a ti, abre tus brazos que llego, pequeña y con miedo ¿me cuidas? Háblame al oído, convénceme, dime que es cierto. ¿Hay otro mundo además de éste verdad? Sí, lo sabía. Es el mundo en el que creemos, al que no es fácil llegar, camino eterno... Voy contigo Santi, como prefieras, toda poesía, toda pasión, vestida o desnuda, pero canción. Te quiero, mi amor.


Me ha encantado la experiencia, seguiré invitando amigos a compartir letras cada tanto. Vuelvo a agradecer a Santi su presencia y sus versos, siempre intensos, en este blog, ¡Gracias!

martes, 16 de junio de 2009

Tonto

¿Tonto? Tonto es el que no comprende, el que no ve. El que no siente porque sabe que si comprendiese, viese o sintiese lo cambiaría todo. Es más fácil no sentir, no pensar, no reaccionar. Es el que no pone nombre a sus flaquezas porque teme encontrarse con ellas. El que te mira pero no te ve. El que sueña, solo, en su cama pero no avanza un milímetro para alcanzar esos sueños. El que no se atreve a vivir a gritar a exigir a mimar a ceder a sufrir a cambiar. Tonto, eres tonto, porque nada importa más que los lazos de afecto que construyes. Toda esta estructura que nos rodea no es más que fantasía y creación libre del hombre esclavo. Nadie nos salvará de nosotros mismos. Me salvo si pienso, me salvo si comprendo. Si hago, si miro y sonrío, si admiro, si siento. Si llego y me aman, si voy y me entrego. Tonto, los niños son vida y recreo. Fuentes y amor. Deja de serlo por ellos, enséñales a no serlo. Enséñales que todo es poco. Que crean, que amen, confíen y sueñen. Que rían y salten. No seas tonto.

domingo, 14 de junio de 2009

Distancia

Esta distancia cruel que no nos permite amarnos. Esta distancia no hace más que unirnos, intentando separarnos. ¿Recuerdas? Imagíname cerca, acariciándote. Imagíname a tu lado, tumbada, mirándote feliz y escuchándote. ¿Recuerdas mi lunar? Allí continúa, esperándote. ¿Recuerdas cómo huelo? Estoy, estoy, mírame, a tu lado. No intentes tocarme, siénteme, acerco mis labios. Rescata el momento del beso de tu memoria para volver a sentirlo exactamente igual, o quizá mejor, si utilizas tu imaginación. Rescata el momento en el que me quitas la ropa, mirándome con deseo. En tu imaginación soy mejor, más guapa y más sensual. Mi cuerpo largo y blanco se pega al tuyo, te abraza desde atrás, me pides que no me mueva y cierras los ojos, temes que desaparezca. No lo haré no te preocupes, aquí estaré. Me alojaré indefinidamente en tu imaginación y permaneceré allí, soy tuya.