martes, 20 de octubre de 2009

Paciencia

- No me ha llamado ni me ha escrito, y han pasado dos días.
- Ten paciencia, ya te llamará.
- No. Seguro que no le he gustado.
- Eres muy ansiosa, deja pasar unos días.
- No entiendo porqué me impediste llamarlo.
- No puedes llamarlo y decirle 'me gustas'.
- ¿Por qué no? No lo entiendo. Me gusta.
- Es mejor dejar que te llame. Eres muy ingenua.
- Cada vez entiendo menos. Es absurdo. No soy idiota. Simplemente me gusta y me apetece decírselo.
- Las cosas no funcionan así. Además no deberías acostarte con él todavía.
- ¿¿Por qué no?? ¿En qué siglo vives?
- Deja que te desee un poco más.
- No sé si hago bien al escucharte. No tengo idea si me acostaré con él o no, pero si me apetece y el momento lo requiere, claro que lo haré. Suelo dejarme llevar por mis impulsos.
- Y por eso acabas sufriendo.
- Acabo sufriendo porque siempre me decepcionan. No he tenido suerte, eso es todo.
- Deberías escuchar mis consejos.
- Tus consejos me aburren muchísimo. Pásame el móvil.

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Nos vimos. No quise saber la razón por la cual no me había llamado. Lo noté ilusionado, le gustó que lo hiciera yo. La ocasión lo requirió. La habitación era bonita, alejada del ruido. Tuve algo de miedo, sabía que sería un momento especial para mi, pero tenía dudas sobre él, me apetecía que los dos invirtiésemos la misma cantidad de energía, de ganas, era mi mayor deseo. Un sólo detalle bastaría para echarlo todo a perder. Un gesto, un olor no deseado, una caricia mal ejecutada. Pero también sabía que si realmente merecía la pena, dejaría pasar ciertos detalles que por otra parte serían propios de una primera vez. Me acerqué a la ventana, en la oscuridad, sintiendo su mirada sobre mi espalda. Un débil resplandor azul iluminaba mi silueta. Comencé a quitarme la ropa lentamente, en silencio. Giré para encontrarme con sus ojos; recorrían ávidos mi azulada desnudez.

- Ven, dijo.

Ya en la cama, con su tibio cuerpo sobre el mío y mi mano en su rostro, dije:

- Espera, mírame bien, hay más además de ésto ¿Sabes mirar más allá, o sólo deseas un cuerpo?
- Deseo un cuerpo, y a ti.
- Respuesta correcta.

Un enorme y audaz beso confirmó mi aprobación. No me equivocaría esta vez.

34 comentarios:

Lunska Nicori:BegoñaGTreviño dijo...

La paciencia es un arte, la espera también, y el riesgo, una maravilla... hay que atreverse a todo cuano estás seguro de asumir sus riesgos: si el riesgo es una habitación cálida donde en un momento del día, somos ese algo diferente de lo cotidiano; ese algo que nos emociona... ni tres palabras más: TODO, TODO PALANTE.
El tiempo de conocerte en Septiembre se esfumó como el verano...pero vi las fotos del encuentro, te vi junto a tu Santi querido, y supe que estuviste con mi Emilio querido... El destino sabe lo que nos tiene que dar y cuando: yo tendré paciencia. Y espero que los opiacios que aún sigo tomando después de instancia en el Hospital no me haya hecho decir muchas tonterias... Será el único blog al que entre hoy: yo, lo hago todo poco a poco, aunque quisiera ¡correr como una gacela!
Alegría de volver a leerte. Y a ver si el tiempo me es propicio para no tardar tanto en volver.
Un abrazo grande y besos, con cariño,
Bego

TORO SALVAJE dijo...

Aprobó a la primera.
Seguro que sabía mucho.

Besos.

Anónimo dijo...

Respuesta correcta; beso implacable. Tal vez la paciencia sea una virtud, tal vez los que saben esperar consiguen lo que quieren, puede...

Sin embargo, ¿qué sería del mundo sin los impulsos y sin los impulsivos? ¿Sufrimos más? Sí, pero disfrutamos el doble!!
(¡Pásame el móvil!, jejeje; es broma)

Genial, como siempre.

Un besito.:) Reina

Pilín dijo...

Hola Andrea. Pienso que, en estas situaciones, debe haber una sabia mezcla entra paciencia e impulso, pero en lo referente a la paciencia diría que la necesaria para saber lo que uno realmente siente, eso de "hacerse de rogar" creo que, afortunadamente, pasó a la historia, o debería.
Cada momento tiene su clímax, y creo que hay que seguir el instinto, como bien ha dicho alguien, calculando y asumiendo los riesgos.
En ocasiones, esperas a que otro momento mejor llegue y pierdes ese que pudo haber sido fantástico.
Tristemente, aún hay personas a las que les va eso de que la otra se haga de rogar, pero no sé si es porque tendemos a desear lo que no tenemos, o bien porque no sabemos ver con claridad el interior del otro.
Como siempre, la sensibilidad y la sensualidad a flor de piel.
Un beso

Kim Bertran Canut dijo...

Andrea: El sexo con sentimiento, con amor es lógicamente el sumum, lo más elevado la supremacía del placer y la pasión…Así que a vivir que son dos días y ya pasó uno...besos cariñosos para ti.

Alimontero dijo...

Como siempre es un placer leerte Andrea...

Un abrazo para tí,

Ali

Soy-yo-mara dijo...

Nunca se hablo de ningun cobarde.
Viva el riesgo y sobre todo cuando sale bien.

Precioso relato.
si me permites me quedo en tu blog.

Besos Andrea

Dean dijo...

Cuanto más te arriesgas, más grande puede ser la desilusión, pero también es directamente proporcional al premio obtenido, al arriesgarte puedes obtener una satisfacción enorme. Ya sabes que me encanta leerte pero no está de más repetírtelo.
Un saludo

jorge dijo...

Me gusta tu historia.

Me gustan las decisiones de tu prota.

Cuando se sabe lo que se quiere, ¿por que poner plazos?

sky walkyria dijo...

muy bien el relato

hay besos que valen mas que mil promesas
y sentimientos que no entienden lo que es el futuro

abrazos!

WHO dijo...

¿Cual es la decisión correcta?..eterno dilema humano que en la mayoría de las ocasiones nos impide acertar. Invertimos demasiado tiempo en pensar consecuencias, adivinar pensamientos ajenos y dar consejos, ejecutemos nuestros actos responsablemente, es decir, asumiendo las consecuencias, incluso si los hechos no se desarrollan según nuestras expectativas no las debemos considerar un error, no acertar, en sí es un acierto, el resto son dudas y cuitas paralizantes.
Estamos vivos y eso implica movimiento, riesgo, ganar y no ganar, sólo perdemos lo que dejamos de hacer.
Magnífico relato, vaya juego que da para la reflexión.
Un beso, Who.

Juan de la Cruz Olariaga dijo...

Lindo relato, como todos los tuyos, increiblemente te atrapan en la primera frase y te llevan hasta el final, dejandote la necesidad de mas. Siempre es un gusto leerte. Un cariño mas que grande.

Ezequiel dijo...

Eso de no llamarte, acá en Argentina se llama histeriqueo. Tu amiga, tiene bastantes razones para decir lo que dice. Si por las diferencias de lexico no lo entendes (entiendes), histeriqueo significa hacerce desear. Es el juego de ver quier busca mas quien. Una cuestión de orgullo. No se como será la sexualidad en España, tengo entendido que es mejor que acá. Pues aqui el histerico es común, antes lo era la histerica, pero aveces el Argentino tipico se pasa de moralista.

Joaquin dijo...

Hola qué tal? estuve viendo algunas cosas en tu blog. Trabajo con posicionamiendo web y tengo una propuesta de publicidad : 50 euros cada mes por incertar pequeños links de nuestros anunciantes. Son 50 euros mensuales para cada blog que se registre con nosotros.
Saludos -comunicate-

Paco Becerro dijo...

Como buen partidario de los impulsos, me gusta la decisión de llamar, y no andar tonteando y jugando a la paciencia impaciente.

"Los amores cobardes no existen,
no llegan ni a historias,
se quedan ahí..."

La frase es de una canción de Silvio Rodríguez.

Besos.
PD: Estás guapísima en la foto del Facebook

Sandra Gutiérrez Alvez dijo...

siempre que vengo me voy satisfecha con tus relatos Andrea.Me gustan , me emocionan, me alegran.
bello, de verdad!!!

y quiero más!

te dejo un beso.

e-MAR dijo...

La impaciencia te juega muy malas pasadas. Si eres espontánea te pueden cortar las alas y eso duele tanto que terminas por dejar de ser TÚ.
Mi experiencia me dice que mejor que se mueva el OTRO. Yo me cansé de LLAMAR.
Un abrazo

josé rasero dijo...

Siempre hay que llamar... eh, ¿alguien al otro lado?

cristal dijo...

Has descrito maravillosamente el eterno dilema de las mujeres a la hora de tomar una iniciativa en la relación amorosa. Tenemos el mismo derecho y el mismo deber de arriesgarnos, ya está bien de pasividad y gazmoñería. Afortunadamente las nuevas generaciones se mueven en estos asuntos con mucha más libertad y sin tantos miramientos.
También me ha gustado cómo has reflejado esa primera vez, sobre todo cuando escribes que un olor, una caricia mal realizada puede estropearlo todo...
Muchos besos Andrea.

Emilio dijo...

Entre el impulso y la paciencia está el equilibrio necesario para saber lo que hay que hacer en cada momento.

Buen relato, Andrea.
Besos.

Jesús Arroyo dijo...

Andrea:
El relato es perfecto. Me gusta "de ti" la forma con la que describes los momentos. Nos obligas a realiar las pausas necesarias y todo porque la imaginación es producto.
Repito, perfecto.
Besos.

Bichita23 dijo...

Ya no lo pienso mucho cuando el deseo y el impulso me hace desear algo, hace algùn tiempo entendì, que el riesgo vale la pena, y no sólo es el sexo sino en las palabras y actitudes, es mejor defintivamente hacer que no hacer y no quedarse pensando que hubiera podido ser, claro en el entendido que asumo las consecuencias
un beso amiga

Andrea dijo...

Me alegra mucho que os haya gustado el relato, sois geniales todos.
Ezequiel, soy-yo-mara, bienvenidos.
Cristal, me alegra verte por aquí otra vez, un beso fuerte, sabes que me encantan tus comentarios.
Rina, je, impulsivos al poder verdad? jaja un beso.
Toro un beso.
Pilín, gracias por la visita, si pudiera te ofrecería un café, jaja, deberían pensar en algo nuentros amigos de blogger. Un beso amiga.
E-mara, uf, si, te entiendo, la espontaneidad no se compara con nada. Hay que arriesgar creo, pero tienes razón, depende de las circunstancias también. Un beso.
Who, gracias amigo, me alegra que el relato te haya hecho reflexionar, y como siempre, tus palabras son de una gran sensatez,
un abrazo!
Gracias Sandra, guapa, un beso :)
Futur la frase de la canción de Silvio Rodriguez es genial, y gracias por el piropo :) besitos.
Emilio, qué sabio eres, por cierto, tu libro está lleno de belleza, gracias por escribir así. Un beso enorme.
Jesús, un beso enorme, gracias por tus palabras aunque perfecto es demasiado creo, (pero me encanta) :)
Bichita, seguro que eres una mujer de armas tomar, no lo dudo. Un beso enorme amiga.

Andrea dijo...

Juan un beso, me alegra mucho tu visita.

Andrea dijo...

Hola Alí tanto tiempo, que alegría verte, ya encontraré el momento para pasarme tranquilamente por tu casa. Un gran abrazo!

Jose, otro para ti, también me alegra verte, hace tiempo que no nos comentábamos. :)

Sunny, Dean y Jorge, besitos y gracias por visitarme siempre.

Kim, también me alegra leerte.

Diego Jurado dijo...

Me gustó mucho la historia. El final es el requerido.
Un placer leerte, como siempre.
Un abrazo.
Diego

Elena Cardenal dijo...

Es una escena que nos a pasado a todos, llamo o no llamo, y al final todo sale como debería. ;)
Un beso!!

Álvaro dijo...

Muy buen relato!
Es la primera vez que paso por aquí y vaya sorpresa agradable que me he llevado :)

Saludos!

julio dijo...

una buena respuesta. lamentablemente, la impresion primera entra por los ojos.
que podemos hacer?

la espera nos hace tomar desiciones. que bueno que a veces de acierta.

que pasa con el error?

Anónimo dijo...

... un beso para carolina con el deseo de que sigas escribiendo tus aventuras por mucho tiempo ....

leo

Pharpe dijo...

La verdad que me ha gustado el texto, yo opino exactamente igual, hay que arriesgarse y ya llegará el momento bueno. Besos

Anónimo dijo...

es inevitable equivocarse, y a la larga es bueno hacerlo

Inés dijo...

Andrea, yo también soy natural en mis actos, fuera de comportamientos establecidos.

También yo diria 'dame el móvil', me encantó el relato, la segunda parte es pura ternura y sensualidad.

Muy bueno Andrea, me encantó.
Besos

Le Fay ʚïɞ dijo...

La paciencia lo es todo en la vida...
equivocarse se vale...
un beso