viernes, 3 de abril de 2009

Flores

(13 años)
Que no me vea, por favor que no me vea. Cruzaré la calle y no se dará cuenta. No quiero que me vean con él, me da vergüenza, camina con bastón y su brazo cuelga como muerto, no le entiendo cuando me habla ¡Me llama! ¡Me está llamando! Joder no le haré caso, creerá que no lo escuché (me voy corriendo). Llego a casa una hora después. Sentado en la cocina, mi padre me señala con su bastón, balbucea: ¡Te he visto, me has visto!- y comienza a llorar..

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Hasta que.. Un día, al llegar a casa de mi madre, me encontré con un estupendo ramo de rosas rojas.
- ¿Flores?
- Son para ti.
- ¿Quién me las envía?
- M. También ha llamado por teléfono, quiere hablar contigo.
- ¿M? Vaya, ha pasado mucho tiempo ¿Cómo estará? ¿Te ha dejado algún número de Madrid? Lo llamaré en cuanto pueda, ahora tengo que irme.
- Andrea, está en Buenos Aires.
- ¡Qué dices! Ah, claro, ha venido a ver a su familia.
- No, ha venido a verte a ti.
- ¿A mi? ¡No! No quiero verlo, no quiero saber más, me voy a navegar, ya me contarás luego..
- Espera.. Se ha enterado de tu separación y me ha pedido que te diga que vino especialmente para hablar contigo, necesita verte.
- No lo sé mamá, ya veremos, no quiero pensar en eso ahora.

¿M? Aquel hombre que dejé triste y dolido en Madrid, después de haber vivido seis años juntos?
Nos vimos. Todavía me quería, sabía que estaba sola y no dudó en viajar a Buenos Aires para intentar volver conmigo. No supe qué decir, era un momento confuso, vivía disfrutando de lo social y tenía la cabeza más hueca que nunca. No dije nada, sólo lo dejé hacer. Decidió permanecer en Buenos Aires indefinidamente, se mudó muy cerca de mi casa y se limitó a esperar. Llamaba cada semana para preguntar como estaba, me hacía pequeños regalos, me invitaba a cenar o al cine. Continué con mi vida social pero siempre procuraba disponer de un hueco para verlo o hablar un rato con él, me conmovía su forma de actuar. Ese mismo año perdí a mi madre de la forma más cruel que pueda uno imaginar. Ciega de dolor, la primera persona a la que llamé fue a él. Cuando llegó, lo miré y dije 'Estoy sola' Me dijo 'No, te casarás conmigo, yo te cuidaré.. ' y acepté.

36 comentarios:

Anónimo dijo...

Andrea, me tienes en ascuas con tus relatos.
No se si es realidad o ficción, pero es veraderamente interesante lo que cuentas, y la forma en que lo cuentas.

Un abrazo.

aapayés dijo...

WOW que bella historia, me has dejado con la ternura en mis labios leyéndote, y triste, la madre se marcho pero el se quedo por siempre..

un inmenso placer leerte.

que tengas un buen fin de semana.

saludos fraternos
un beso

Anónimo dijo...

La verdad tus letras me embriagan, no puedo dejar de sentir esa sensacion extasiante al verte mezclar las emociones y esconder en ellas sentimientos sublimes como el amor.

Como destrozas los afectos, con narraciones pasmantes de la infancia como estampas los miedos a lo vanal, a lo mundano, a lo tipico.

Esta vez sucumbes a la desestructurante sensacion de soledad, cuando alguien parte o nos deja. Se pierde el ser, se anulan los cojones... solo puedes depender.

Un abrazo

Sobek

LA CALLE VACÍA dijo...

Jo-pe. No digo nada más.

- Inés y Yo - dijo...

Ufff....

Sigue, sigue...por favor..

Anónimo dijo...

En el amor es frecuente que uno quiera y el otro se deje querer. El que se deja querer también ama, pero de otra manera. Es más dulce y doloroso el primer papel y también más deseable, pero uno no escoge lo que siente. En tu texto, que estimo sincero, la protagonista se deja querer y eso la ennoblece. Un saludo.

Fran (www.mileteraturas.com)

Andrea dijo...

Gracias caracola, me alegra que te guste, parece que la realidad siempre atrae más que la ficción. Un beso!

Andrea dijo...

Gracias Adolfo, disfruta tu también del fin de semana. Un abrazo..

Andrea dijo...

Exacto sobek, solo puedes depender, en ese momento no quise jugar más, solo necesitaba que alguien se ocupara de mi y me arropara, que me dijese qué era lo que tenía que hacer, había descubierto de repente que el mundo era una mierda, necesitaba amor y allí lo tenía, a mano y verdadero. Un abrazo para ti también.

Andrea dijo...

Santi (calle) Nada? eso será bueno o malo? Un beso..

Andrea dijo...

Ni del viento, gracias, ese ufff me ha gustado mucho. Un beso..

Andrea dijo...

Muchas gracias Fran, tu interpretación me ha hecho ilusión. La nobleza nos hace más grandes. Un saludo (por cierto, he intentado entrar en la dirección que has dejado pero no he podido, es la correcta?

cristal dijo...

Qué fuerte, qué fuerte, Andrea...Pero lo entiendo perfectamente. La muerte de nuestra madre nos convierte de repente en el niño, o la niña que una vez fuimos. Así que si se presenta un Rescatador, alguien que nos dice que nos va a cuidar y a proteger, podemos caer en la tentación y abandonarnos en sus manos. Me encantan tus textos. Un abrazo fuerte, muy fuerte.

Anabel Botella dijo...

Hola Andrea, ha sido un placer leerte. Me alegro mucho de que te publiquen el libro. Yo estoy en ello. Lo iba colgando en mi blog pero un editor me dijo que lo tenía que retirar si quería tener alguna posibilidad de que me la leyeran.
Esta parte del relato está muy contada, con todo lo necesario para que queramos seguir leyendo. Felicidades. Ya nos enteremos de la salida de tu libro.
Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

julio dijo...

no se si es ficcion o realidad, pero estan muy bien contadas las historias. me alegra que tus relatos lleguen a mis ojos.

gracias por tus palabras.

y bs as estuvo de puta madre.

quien podria no cuidarte?

saludos

coco dijo...

A veces necesitas tanto sentirte arropado, que te casarías con una manta.

Alimontero dijo...

Tambien me tienes en ascuas...Me gusta como me llevas por el relato...
Te dejo una abrazo,

Ali

Anónimo dijo...

Uffffffff, madre mía........te juro que estoy enganchadísima, jajajajaja.
Ñiiiiiii, me estoy comiendo las uñas.

Fernando García-Lima dijo...

Lo mismo te digo: me dejas sin comentarios...

¿Cómo sigue?

Lola Mariné dijo...

Me parece un relato muy agil y muy fresco.
Te felicito.
Saludos.

Mariana Castrogiovanni dijo...

Hola Andrea, como siempre, te leo y disfruto, te dejo un beso grande, enoorme.

anselmo dijo...

Ays, como he descuidado tu blog. Se ve que actualizas a horas que no te controlo. Que historias...aunque las ultimas son mas oscuras y tristes en su mayoría

ulises dijo...

Necesitaste consuelo y el estaba allí, ¿cómo sigue la historia?

Andrea dijo...

Gracias cristal, eso es, nos convertimos en niños, nos vemos huérfanos y solos. Un abrazo para ti también.

Andrea dijo...

Hola Anabel, gracias por tu comentario. Mucha suerte con tu libro, me alegra conocerte.

Andrea dijo...

Alfredo gracias, un beso.

Andrea dijo...

Cocooo!! Un beso.

Andrea dijo...

Un Abrazo Alí, gracias.

Andrea dijo...

Menda me encanta tenerte enganchadísima!! Un beso!

Andrea dijo...

Hola Fernando, ya verás como sigue. Un beso.

Andrea dijo...

Gracias Lola por tu felicitación. Un abrazo.

Andrea dijo...

Mariana un beso enorme para ti también, gracias por leerme.

Andrea dijo...

Hola Anselmo, jo, no me descuides tanto.. Un beso!

Andrea dijo...

Hola Ulises, si, necesité mucho consuelo. Un beso.

Ruth L. Acosta dijo...

Andrea, mi querida Andrea...

Te he leído, te he comprendido... no sé si sea tu vida plasmada en estas palabras... y si no, entiendo a esa mujer en lo más profundo de su ser... que triste es cuando una persona, encaminada por la urgencia de salir de su hogar, toma este tipo de decisiones en el que compromete toda su vida... y de paso, se deja llevar por el que, a lo mejor le seduce con el amor que siente, pero cuantas veces, ese amor no es correspondido... lo entiendo, lamentablemente para mi, lo entiendo...

Me encanta leerte Andrea, con toda el alma... me encantaría tenerte cerca e invitarte un café y platicar largamente contigo... y decirte que te entiendo y que la vida sigue... que tienes derecho a toda la felicidad que podamos encontrar en este mundo...

Que la vida es una sola... que es nuestro derecho luchar por ser felices hoy y también mañana...

Te mando un beso con tanto cariño desde mi México querido...

Anónimo dijo...

Hola Andrea, me alegra te agradase mi comentario. La dirección que dejé es de una página de literatura donde muchos tenemos un Blog. Mi nombre allí (y acullá) es Fran y por ese nombre puedes buscarme donde pone residentes (en la foto bebo café y en la realidad también) La página en realidad se llama www.mileteraturas.ning.com si no recuerdo mal.
Besos.