Si no existiese el temor
todo sería diferente,
las palabras no quedarían atascadas
en mitad de la garganta.
Los ángeles no existen,
tampoco los milagros.
Tiempo de recuerdos,
alguien me amó una vez.
La fuerza de su afecto
era desconcertante;
incomprensibles las razones.
¿Y mis desaires?
Amor no merecido, siempre presente,
permanente, desquiciante.
Tenaz corredor fabricante de horas
robadas al hastío.
Exhausta, no dispongo ya de fuerzas
destinadas al rechazo,
que el dios de turno lleve las riendas,
hoy descanso.
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4 comentarios:
Dos pequeñas cosas, la primera, excelente autocrítica, la segunda, no le indiques a ningún dios y menos al de turno lo que tiene que hacer.
Un texto interesante.
Un cariño
Juan
Así es, querida amiga.Hago mías tus letras. Un beso
si no existiese el temor
en esta bendita vida,
si faltase el miedo
o tal ves la cobardia;
comandaria, de seguro,
la existencia el error...
y llenaria el lamento
el pasar de nuestros dias.
un abrazo despues de tanto tiempo
SobeK
La intromisión y el reconocimiento señalan el camino hacia la altura.
Un beso.
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