viernes, 23 de enero de 2009

Infiel

Hoy vamos a hablar de los infieles, esos grandes incomprendidos, señalados y juzgados (a veces injustamente) por nuestra sociedad . Ellos habitan entre nosotros y tienen sus razones para actuar como lo hacen (todo tiene una razón). Vamos a analizar un poco las causas que llevan a una persona a ser infiel (palabra que no me gusta, encierra acusación e intolerancia) Podemos decir que ser infiel es estimulante, desgastante, refrescante, enervante, agotador, ¡Impresionante! fuerte, triste, malo, bueno, confuso y muchos adjetivos más. Aquí les dejo otro artículo de la psicóloga Sandra Lustgarten, nos aclarará algunas dudas sobre este tema tan controvertido. Que lo disfruten.


Esas relaciones que se dan entre personas que no son libres, entendiendo "ser libre" como la libertad de la falta de compromiso, hombres casados o mujeres casadas que se enamoran de un tercero, sin quererlo, sin pensarlo ni planearlo.
Todo comienza como un juego de atracción, y de alguna manera creen que podrán manejarlo y que es una relación de momento, que no durará; quieren experimentar y asumen los riesgos que esto implica. Pero sin darse cuenta empiezan a crear un compromiso, se empiezan a gustar, a buscar, pierden la noción del tiempo, se desvanecen las responsabilidades, las obligaciones, comienzan los olvidos, se crea un mundo propio donde todo lo demás no importa, suspenden citas, abandonan a sus hijos y comienza una necesidad, se extrañan, se piensan, se invaden, etcétera.
Comenzó el calvario, las incertidumbres, los temores, las mentiras, los secretos, una situación estresante y de la cual no es fácil salir. Muchos sucumben al deseo y a la pasión que les despierta la atracción que sienten por alguien, y fingen un estado civil que no tienen con la idea de que podrán salir de esa historia fácilmente. Pero son esos romances los que llegan a provocar emociones fuertes, que establecen vínculos sólidos. Quizás sucede esto porque hay otra especie de compromiso en un principio: parecería que no hay exigencias, ni reclamos, que ambas partes comprenden la modalidad de la relación que se inicia. Sin embargo no pueden sostenerla en el tiempo, ni adelantarse a lo que pasará si se perciben los afectos, o si se confunden.
He recibido consultas de este tipo. Las mujeres que han vivido esta situación dicen que ha comenzado todo casi sin quererlo, que al principio se dejaron llevar por lo emocionante y atrapante que era. Algunas dicen que se sintieron miradas, deseadas, buscadas y valoradas; aunque al principio se resistieron, no pudieron oponerse al impulso de esa vivencia.
Consultan cuando llegan a un estado de ansiedad que repercute en su vida cotidiana y en su núcleo familiar. Sienten que abandonan a sus hijos, que las horas no les alcanzan y que están agobiadas; la adrenalina las está matando ya que llegan en un estado en el que temen ser descubiertas por algún paso en falso. Se sienten sumamente culpables por traicionar los sentimientos de sus compañeros, pero no pueden dejar de ver al otro, se obsesionan. Las mujeres suelen sentir una especie de enamoramiento por aquel hombre con el que engañan a sus maridos, no pueden disociar el placer de lo afectivo: es muy común que digan que sus maridos son buenos hombres, maravillosos y que no se lo merecen. Esto intensifica la culpa, aunque no pueden ver que en realidad algo no las conforma respecto a la conducta de su pareja y por eso llegan a ser infieles.
Los hombres, menos culpógenos en estos casos, pueden entender que las relaciones extramatrimoniales son desde un desafío hasta sólo algo pasajero. En general manejan mejor sus emociones, pero no controlan el impulso que sienten hacia el engaño, a veces para no quedar mal parados frente a una provocación, otras para probar cuestiones que lo preocupan acerca de su sexualidad. Pero lo cierto es que se embalan con relaciones comprometidas, y pueden disociar lo afectivo de lo instintivo más que las mujeres: en general no se enamoran, ni mezclan sentimientos, cuidan bien los detalles aunque en algunas oportunidades se les va de las manos y las mujeres con las que se relacionan tienden a "pegarse" al punto de que se les vuelve un martirio la situación; no quieren que invadan su intimidad pero les cuesta poner los límites. Por lo tanto, intentan terminar la relación antes de que les ocasione un conflicto grave con sus parejas estables. Sin embargo, no siempre lo consiguen, y muchos de esta manera ponen fin a su matrimonio, cuando son descubiertos en lo que ellos llaman "la trampa".
A todo o nada hace referencia de todo lo que se juega en este tránsito del engaño y las repercusiones que tiene tanto en cuanto a lo psicológico, por la variabilidad de su estado emocional y por el estrés físico que produce.
Al principio se siente una felicidad ficticia, mejora la imago, aumenta la autoestima y produce un dejo de gratificación momentánea. Luego muchos caen en un estado ansioso y hasta depresivo por no saber cómo salir de dicha situación con el menor daño posible hacia sí mismo o hacia sus afectos, incluyendo esposa e hijos. En el medio los hombres sienten un intenso temor de perder su familia, de ser descubiertos o de echar todo a perder, y recién ahí toman conciencia y piden ayuda.
Las mujeres, en cambio, parecen más arriesgadas, manifiestan menos sus temores, aunque sienten más culpa respecto a sus hijos. La mayoría de las veces cuando una mujer incursiona en una infidelidad es a sabiendas de que su matrimonio no funciona, por lo tanto no registra demasiado las consecuencias o el posible desenlace.
A ciencia cierta, la infidelidad no es la etapa más placentera vivida, sino a mi parecer conlleva muchísimas sensaciones de insatisfacción, temor y culpa: aunque se perciba como un momento placentero es sólo por instantes, ya que todo lo que deviene sin duda es sumamente displacentero para ambos géneros.
Debemos también tener en cuenta que nuestra sociedad es altamente motivadora de infidelidades y promueve las mismas, ya sea como un efecto identificatorio de aquellos amigos que juegan a dos puntas y que les sale bien (y que aunque promulgan que se sienten felices, siempre esconden cierto grado de insatisfacción). Pero para los demás funcionan como "ídolos", aunque también puede suceder en forma premeditada y casual, casi inesperadamente.
Mi aporte sólo es al efecto de que estés alerta de que no todo lo que reluce es oro, que te puede suceder, no estás exento, es fácil caer en la tentación cuando uno desconoce el final de la historia, espero que otras experiencias te sirvan para estar atento.

13 comentarios:

P Vázquez "ORIENTADOR" dijo...

Pues si, hay que ser consciente.

Joaquín Campos dijo...

A MI TODAS LAS INFIDELIDADES ME MOLESTAN Y MUCHO, PERO NO SOLO INFIDELIDADES CONYUGALES, ENTRE AMIGOS, ENTRE COMPAÑEROS DE TRABAJO, LA DESLEALTAD NUNCA TENDRA UN HUECO EN MI COMPRENSION.
BESOS...

cristal dijo...

Magistral el artículo sobre la infidelidad, Andrea. He vivido las dos caras de la moneda. He sido infiel y he sido objeto de infidelidad y, como muy bien dices, al final todas las partes quedan tocadas, y es mucho el sufrimiento y las energías que se quedan en el camino. A todos nos gusta sentirnos deseados, ser objeto de la pasión, pero no siempre merece la pena. Un abrazo fuerte.

Andrea dijo...

Supongo que de eso se trata orientador, un beso gracias.

Estoy de acuerdo Groucho aunque no podemos comparar las relaciones ocasionales de amistad con las conyugales, la deslealtad duele mucho mas en éstas porque son las del corazón, las del cuerpo y sin embrago son las más expuestas. Un beso.

Andrea dijo...

Hola Cristal, a mi también me gustó mucho el artículo, es muy claro y llega donde tiene que llegar. Supongo que lo que has vivido ha sido fuerte, como lo son siempre estas situaciones, te descolocan, te confunden y te angustian. Imagino que lo mas difícil es lograr detenerte a tiempo, para valorar lo que pierdes si sigues. Dar paso a la razón, para dejar de escuchar al cuerpo. Un abrazo fuerte también.

cristal00k dijo...

¡Difícil, ser objetivo en estos casos!
Hay de todo, relaciones que acaban cuando eso sucede... conflictivas... sentimientos que arrasan inesperademente... y hasta el típico polvo de borrachera...
Incluso puedo entender lo que dice la psicóloga en el artículo... Pero no me despierta ni una empatía ni una simpatía significativa... ¡que le voy a hacer!
Engañar en cualquier tema, como mínimo es dudoso, y en el caso de los sentimientos, esta mal, sin paliativos.
También decir que en el artículo, faltan los sentimientos de la "otra parte". Sobre todo cuando se entera... que siempre es sólo cuestión de tiempo.
Todos podemos enamorarnos en medio de una relación y nada es eterno. Pero si pasa, hay que ponerle un par... "apechugar" y decírselo sin más a la pareja. Es lo justo. Todo lo demás, son maniobras orquestales en la oscuridad para justificar algo que está mal. Muy mal! Por más mal que se sienta el o la infiel, siempre será una "cabronada" para una tercera persona. Y en todo caso, él o ella, han podido escoger. Algo, que, él o la, agraviada se le viene encima, sin más y sin buscárselo.
Seré una antigua carpetovetónica... pero es lo que pienso. Yo, preferiría que me lo dijeran, aunque siginificase el fin de la relación.
Pero habra opiniones para todos los gustos...
Un beso Andrea.
Interesante y polémica entrada...

Paco Guerrero dijo...

en estos csos creo que lo mas justo es decirselo rapido a nuestra pareja,los engaños y rodeos solo pueden llegar a hacer mas daño del ya cometido.
la verdad duele,pero la mentira mina la confianza.
un abrazo

coco dijo...

Un artículo genial.

Andrea dijo...

Hola Crital00k, entiendo tu punto de vista y lo comparto hasta cierto punto aunque a esta altura de mi vida puedo decir que no justifico pero comprendo y tolero la debilidad humana, y como dices tu, cada caso es un mundo, hay un por qué para cada acción que emprendemos en la vida. He aprendido que pre-juzgar no nos ayuda demasiado, opto por la comprensión y el saber escuchar las razones. Un beso grande!

Andrea dijo...

Paco, tema difícil ese, decírselo o no? De ser la gran pesadilla del infiel porque, si lo dice y resulta que fue algo pasajero, se arriesga a perder a su familia..Ya iremos viendo esta situación mas adelante y comprenderás a que me refiero. Un abrazo.

Andrea dijo...

Coco me alegra que te haya gustado mi artículo, publicaré mas.. Un beso!

LA CALLE VACÍA dijo...

Estoy de acuerdo con que la infidelidad llega porque algo no les llena de la pareja, aparte de que creo que existen otros motivos como por ejemplo el sentirse de nuevo deseados/as por otra persona, el sentirse de nuevo vivos/as. Muchas veces creo que es como el descubrimiento del naufrago, esto es: “Imaginemos un naufrago que llega a una isla, está hambriento, lleva 6 días sin comer y allí encuentra una caja de galletas, la primera que come grita ¡¡¡uaaaaaaaa, es la mejor galleta que he comido, la reina de las galletas, lo mejor que existe en el mundo, la galleta de oro!!!, pero tras 5 años comiendo galleta llega un día la mira y dice: Joder, si es una chiquilin.”
¿Qué es el síndrome del naufrago? y por que se da, Es darse cuenta de lo que tenemos no es lo que creíamos tener y ocurre porque la “galleta” no hace nada por seguir siendo la reina de las “galletas” (no sé si existe esto del síndrome del naufrago, pero creo que es una forma metafórica para entender lo que quiero decir).
En lo referente al hombre, pone “por lo general” y estoy de acuerdo en que es por lo general pero hay que pensar que cuando una mujer se separa tarda mucho en encontrar un hombre, si es que llega a buscarlo, pero por el contrario un hombre cuando se separa o tiene ya una mujer o no tarda en salir a buscar.
No sé, creo que debo tener un cromosoma cambiado y me siento más cercano al sentimiento femenino…pero la verdad que me siento bien siendo así y estoy orgulloso de mi forma de ser.
......Este tema tiene para escribir no un libro, sino una enciclopedia ;)

Andrea dijo...

Cpincido con lo que dices plenamente, tu ejemplo del sindrome del naufrago es claro, yo siempre he pensado en esa situación de la misma manera, es como si estuvieses obligado a comer siempre lo mismo cuando todos sabemos que en la variedad está el gusto. Y es cierto que el hombre se separa (en general) porque tiene otra mujer. Coincidimos!!jaja Ves? no hemos reñido.. Un beso!!