domingo, 10 de julio de 2011

Sol

De la fe mejor no hablar, tu fe y la mía son independientes. Mejor confiar en que recibes lo que ofrezco sin dudar. Adoro que interpretes mi entrega a tu manera, nunca es la que imagino pero siempre es buena y me sorprende. Brazos abiertos, sol, empatía. ¿Para qué más? Todo plan resulta cansino, toda ambición sobra. Descansemos.

1 comentario:

Lisímaco Henao H. dijo...

Sin la fé seríamos como piedras en el camino, no esperan nada pero todo el mundo las pisotea o las lanza. Si bien este azar me atrae y trato de comprenderlo cuando se avalanza sobre mí, prefiero este confiar desde dentro, confiar que algo más grande que yo existe y se manifiesta en cada cosa sobre todo en el amor. Como tú lo dices "confiar en que recibes lo que ofrezco sin dudar", porque esta fé puede proyectarse también en otro... ese otro que también es parte de aquello que no podemos nombrar.

Totalmente de acuerdo, es Amor (Eros), quien mejor nos enseña la fuerza de la fragilidad, la sensibilidad que conduce, finalmente a esa fé (sí, independiente, diferente en cada uno y cada una).

Buen blog, buena escritura.