jueves, 6 de septiembre de 2012

Sudo


Sudo, sé la razón.
Me sé pero no quiero observarme.
Detesto conocer al dedillo tus flaquezas.
Reconocerás mi rostro en todas,
ignorarás la punzada de la culpa,
que tu sexo, sin mi, no voverá a ser el mismo.
No existe ya un destino juntos
sin embargo
cuando mi sonrisa te falte,
cuando me llores en tu madrugada,
cuando mi fantasma, íntimo,
colmado de reproches no expresados
te acompañe,
volverás a sentir la luz de aquel pasado,
mi sabor en tu lengua y en tus manos.
Sólo entonces un pequeño,
pequeñísimo soplo de aire fresco
logrará atravesar la única rendija disponible
en tu coraza.
Existirá una luna que te anuncie
que estoy mejor sin ti.

1 comentario:

jorge dijo...

Espero que esa luna no exista.