miércoles, 13 de abril de 2011
Tal vez
Tal vez el aire, la fuerza, la mirada, tal vez las ganas. Desconocía las razones, qué más daba. Cuando notó que nada le importaba, cuando su cuerpo actuó siguiendo inesperados e inverosímiles impulsos, confirmó lo que siempre había supuesto. El amor no era amor, era empatía e ilusión desesperadas.
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4 comentarios:
Imposible racionalizar la emoción...
Cuánto más crees acercarte... esta más se aleja...
Vive y siente el (fugaz) momento...
A veces ilusiones desesperadas y a veces desilusiones...desesperadas también...
Besos Andrea.
Corto, certero y magistralmente expuesto....un abrazo de azpeitia
Eso le pasa a mucha gente, empeñarse en mantener la llama cuando hace tiempo ya no hay brasas.
saludos y te dejo comentario en blogoteca
http://dalecalor.blogspot.com
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