jueves, 24 de febrero de 2011

Luz


Despertó bañada en sudor, sintió la soledad en los huesos, segundos de luz y comprensión infinita. Se dejó golpear por el temor. No deseaba aprender más, detestaba conocer la razón de los hechos, vivía mucho más felíz ignorándola pero esa facultad aparecía de pronto con los años sin permiso. Deseaba mantener conversaciones frívolas en la peluquería, intercambiar recetas con sus vecinas pero su talento, pesado como una mochila llena de ladrillos, se lo impedía. Se sentía incapaz de poner freno a su libertad, esa firme decisión llenaba de amargura a sus afectos del corazón. Nunca comprendería qué era lo que la vida esperaba de ella, ni la razón de su eterna rebeldía.

1 comentario:

Juan de la Cruz Olariaga dijo...

Tenés una hermosa cadencia al escribir, una armonía de frases que no es facil conseguir...solo me pregunto, siempre en tercera persona ?

Que me importa dirás, y tenés razón, que me importa...o si importa para mi, siempre conocerte un poco más es seguir trazando líneas de tu persona.

Un beso, acá de regreso.

Juan