martes, 25 de enero de 2011
Nadie
Imposible esconder sus opiniones. Asumió que los hombres no lograrían comprenderla nunca, aquella conclusión la desesperó, no soportaba la soledad, tampoco la compañía resignada ¿Quién sería su testigo? Nadie. Ansiaba sexo, caricias, observar el deseo en otros ojos. Mientras tanto y por primera vez, presa de gran nerviosismo, esperaba al hombre que había contratado para llenar de afecto un puñado de sus horas, en una habitación de hotel.
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7 comentarios:
A veces he pensado esto, me encantó tu relato, besos
Una opción para saciar lo físico aunque no el afecto, no lo crees?
bss
Un relato que alberga una tremenda soledad.
Un saludo.
"Mientras uno espera el amor, el sexo suele hacer preguntas"
Woody Allem
Pero por más preguntas que haga...poner un contrato para eso ?
Son puntos de vista, pero no el mío.
Un beso inmenso
Juan
Entre la soledad o una compañía resignada, no está mal la elección. Un final bueno, abierto...Y a pesar de ser una elección, no encontrará en esa habitación de hotel lo que busca.
Sugerente como siempre.
Un beso.
Un flas de algo cotidiano... que está bien visto hagan los hombres, pero que en las mujeres, como tantas otras cosas, no.
Me encanta tu micro, tiene mucha más "miga" de lo que pudiera parecer.
Besos.
si la opcion es valida para los hombres tambien tiene que serlo para las mujeres
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