Volvió a sentir aquel zumbido persistente en los oídos, nunca lo comentó con nadie ¿Para qué? Probablemente nadie le creería. Intuía el momento exacto en el que él pensaba en ella, sus oídos no fallaban, entonces corría hacia el teléfono para llamarlo y lo confirmaba. Lo vería en una hora, llovía, se vistió deprisa y salió a la calle segura de sí misma. No utilizaba perfumes, nunca llamaron su atención, necesitaba su olfato para oler otras cosas, la vida rebosaba olores. Consiguió mirarlo a los ojos a través de la bruma, se acercaba a paso firme y con una sonrisa ¿Lograría decirle hoy que lo amaba? Siempre se echaba atrás, coño, no se decidía ¿Y si lo asustaba? Algunos hombres se asustan con tanta facilidad...Además, ella tampoco deseaba oírlo. Sólo necesitaba cariño ¿Para qué complicar las cosas? Bah, mejor no decir nada, se limitaría a mirarlo y a besarlo, a sonreírle, a vivirlo, con eso cubriría su necesidad de afecto mental y corporal, el tiempo se encargaría de continuar escribiendo el guión, ella se encontraba ya muy cansada de hacerlo, disfrutaría sin culpa de su pereza emocional.
domingo, 26 de septiembre de 2010
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6 comentarios:
La pereza emocional se ha instaurado en nuestra sociedad.
Al corazón no le apetece levantarse de la siesta.
Un beso
Yo prefiero devolverte el toque antes de hacerte zumbar el coco!
Beso!
No decirlo es postergar una espera, o quizá, recuperar la lucidez con lo que nos depara la vida.
Siempre al punto, Andrea, directa y viva. Un beso.
El silencio en palabras de amor terminan aplaudiendo el ingreso de la rutina.
Un gusto leerte, como estás ? bien ? así espero.
Un beso grande.
Juan
"La verdad nos hará libres" ¿No era así? y la pereza no deja que construyamos nuestros propios pensamientos y mucho menos realizarlos...Abrazos sin desidia desde mi rincón a oscuras
Increibler me dejaste de ganas de mas...Continualo
besos
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