domingo, 30 de agosto de 2009

Muchas gracias por estas palabras.

Pues sí, es mi cumpleaños, no pensaba hablar de ello porque no suelo dar demasiada importancia a este día. Hombre, claro que me gusta que me feliciten, que me digan cosas bonitas, sentirme la reina de la casa y que mi hijo me cante el cumpleaños feliz desafinando, eso no se discute, pero hasta ahí llega mi entusiasmo.
Cuando volví de mi cena familiar de cumpleaños me encontré con el post de Santi en su blog, y bueno, lees inesperadas palabras que te llegan al corazón y te apetece compartirlas, enseñarlas ahora sí, con entusiasmo. Te apetece demostrar al mundo que el cariño desinteresado existe, que cuando una persona te llega y también llegas a ella, es un placer que los demás lo sepan, por eso agradezco sus palabras, por eso mis ojos se llenaron de lágrimas anoche, y por eso le digo hoy, delante de todos, que cuando soy amiga de alguien de verdad, lo soy para toda la vida, lo Siento Santi, tendrás que aguantarme durante muuuucho tiempo. Su post:


'tengo una amiga de esas que cumplen años y me llevan y acompañan en mi camino de luz, una amiga que es llamada, voz, cariño, ciencia, verdad y vida y luz y fe y consciencia y error y camino y levantarse y dar y seguir ahí buscando estando solo o no, estando sola o no tengo una amiga buena con palabras y libros y aventuras y escritos y pasado y la plata y manzanares juntos, y amiga de palabras y de hechos, de las puertas abiertas y la voz en el alma, de preguntar por ti si no estás bien, de preocuparse luego, de buscarte, de sentirse querida y querido también sentirte tú, una amiga con ciencia y con consciencia, y las palabras duelen y las palabras vuelan y las palabras aman y las palabras dan, y mi amiga me ama al ser amiga, y mi amiga es palabra y es verdad, y sus ojos son claros y su voz argentina, y dorado su gozo y dorada su voz, y los ojos se encienden y mi amiga está hablando, y hoy hay paz en la calle y es domingo en madrid, mi amiga cumple años y está soplando el viento, y el cielo todo entero se hace estrellas por ti, amiga mía buena, amiga mía paz, el cielo todo entero se enciende todo en velas esta noche para que te hagas viva como amiga en el siempre que es hoy, para que no me faltes, para que no me olvides, para que siempre estés, para que no te quede duda alguna de que yo sigo aquí con mis ausencias y mi soledad viva, de que yo sigo aquí conmigo y siempre en ti, siempre contigo y vivo, siempre contigo y fiel a tus ojos de niña y a tu bondad sin hiel, todo niño y amigo, todo niño a tus pies'


Me encanta y te quiero mucho amigo, gracias, de corazón.

jueves, 27 de agosto de 2009

Viaje V. (Final)

Al día siguiente C. se presentó en mi casa a bordo de un estupendo descapotable azul.

- Lo alquilé por unos días, dijo.
- Es bonito.
- Tengo ganas de viajar al sur, a Bariloche ¿Te apetece acompañarme?
- ¿En serio?¿En coche? Son muchos kilómetros.
- Tengo tiempo, estoy de vacaciones ¿Te gustaría venir?
- Pues..¡Claro! podría faltar unos días a la facultad, eso no es problema.
- ¡Genial! Lo pasaremos estupendamente pero ¿Qué dirá tu madre?
- ¿Mi madre? jaja Está enamorada de ti. Como sigas enviando rosas todos los días tendrás que casarte con ella, te lo advierto. ¿No será mucho?
- Todo es poco para ti, seguiré enviándolas, cada día de un color, y además agregaré bombones, te pondrás como una foca.
- Jaja, estás loco!
- Por ti, enfermo, loco, mareado, me gusta todo de ti, hasta tu cara de mala leche.
- Jaja joder tío, reacciona.
- Ok, reacciono, dame un beso.
- Espera, espera.
- Vale, salimos ya mismo para Bariloche, prepara un bolso con dos tonterías, quiero alquilar una cabaña con chimenea, con música, con vistas, con una cama enooorme.
- Jaja ¿Estás muy loco lo sabías?
- Sí, y te encantará mi locura cuando la conozcas mejor. Anda vamos, mientras preparas el bolso hablaré un rato con tu madre.

Preparaba el bolso y aquel 'te quiero' de su padre resonaba en mis oídos molestando, dando vueltas. Lo espanté como se espanta a un mosquito y me concentré en los días que me esperaban.
'Vale, tal vez sea una imprudencia, pero será divertido, Bariloche me encanta, conozco la ciudad bastante bien, lo llevaré a recorrer lugares que le encantarán. Ni siquiera nos hemos besado todavía pero, qué mas da, a veces las cosas salen mejor cuando no se planifican, si no me gusta no tendré reparos en decírselo y será simplemente un viaje turístico con un amigo, al menos eso espero', pensé, ilusionada.

Sabía que iba directa a sus brazos, temía ese momento pero a la vez lo deseaba, me atraía, deseaba besarlo y abrazarlo, no me apetecía buscar ningún pero.
Durante el viaje, el aire acariciaba nuestros rostros con suavidad, la música sonaba tranquila, su mano en mi rodilla hablaba de su ilusión y expectativas. De pronto tuve miedo de hacer daño a ese chico, pero me obligué a disfrutar. ¿Para qué pensar en cosas que escapaban a mi control?
La cabaña era preciosa, con unas espléndidas vistas a las montañas nevadas, grandes ventanales, todo el confort y más. Nada más abrir la puerta me abrazó, sus ojos se clavaron en los míos, su mano se deslizó por mi cuello y mis hombros mientras me hablaba al oído.
- Loco, estoy loco por ti cariño. Tanto que me tiemblan las rodillas, tanto que creo que no lo soportaré, ayúdame.
- Ok, tranquilo, vamos a ducharnos, nos relajamos, preparas algo para beber y nada, dejamos que las cosas fluyan de forma natural. ¿Te parece?
- Vale.

Y fluyeron. Después de ducharnos bebimos una copa observando el paisaje, los dos en albornoz, él detrás de mi abrazando mi cintura, él detrás de mi susurrando palabras en mi oído, él detrás de mi deslizando sus manos sobre mi cuerpo ya desnudo, él detrás de mi, detrás de mi obligándome a notar su urgencia, las palabras me llevaron más alto que cualquier caricia, sentir su loco deseo hizo que el mío aumentase dejándome sin aliento, esperando más. Fue salvaje, fue tierno, fue absurdo, fue todo lo que podía haber sido y más, incansables, la noche entera y la siguiente, y las demás, hasta que, de pronto, en medio de una cuarta noche de sexo imparable lo vi, vi a su padre besándome, lo vi acariciarme, lo vi deslizarse hacia mi con sus ojos fijos en los míos. Aterrada descubrí cuánto se parecían sus cuerpos y sus formas de amarme. En ese momento comprendí que debía acabar con esa historia, era complicada y tuve miedo, de todas formas, sabía que no llegaría a buen puerto, no dejaría mi vida para ir a vivir a San Francisco, y así se lo hice saber. Me llevó toda la noche convencerlo de que no podríamos llevar adelante una relación en esas condiciones. Me apenó enormemente ver la desilusión en sus ojos, oír la tristeza en su voz, pero lo comprendió. El día de la despedida, en el aeropuerto, la angustia atenazaba mi garganta, nos abrazamos con fuerza, sólo tenía clara una cosa, había amado de verdad al padre y al hijo, justo por eso debía dejar que se marcharan.


Fin.

lunes, 24 de agosto de 2009

Viaje lV

Permanecí un buen rato inmóvil, pensando. ¿Llamar a P? ¿Para qué? ¿Qué le diría? Si él no ha llamado para advertirme sobre esto, será que le da igual, pensé. No lo llamaría para decirle 'Oye, tu hijo se presentó en Buenos Aires, no se qué hacer con él'. No. Ya me apañaría yo de alguna forma. Sería un bloque de hielo, un iceberg, pobrecillo, se le quitarían las ganas de acercarse a mi en un minuto, cuando me lo proponía podía llegar a ser muy antipática. No me acostaría con el padre y con el hijo porque eso estaba MAL.

Al día siguiente me encontraba riendo a carcajadas en un restaurante de Las Cañitas con C, su prima y un par de amigos más que se sumaron al evento. Bebíamos más de lo aconsejable pero me lo estaba pasando estupendamente, que tío tan gracioso resultó ser, y guapo además. Me hizo repetir veinte veces la palabra 'único' en inglés porque le gustaba la forma que adoptaba mi boca al pronunciarla, mucho cachondeo. Por la mañana fuimos a recorrer San Telmo y su mercado de artesanías y antigüedades, hicimos fotos muy divertidas, mi amiga estaba empecinada en dejarnos a solas y yo no se lo permitía, finalmente desapareció y de pronto me encontré caminando de la mano con C, recorriendo los puestos callejeros, me dejé llevar como una niña pequeña, me sentía bien. Tomamos algo en una cafetería atestada de gente, de pie y hablándonos muy cerca, rozándonos, de vez en cuando me acariciaba una mano, una mejilla, el pelo, me miraba, joder, cómo me miraba. Una mirada cargada de amor, de admiración, de esperanza. No se puede escapar de ese tipo de miradas, son implacables, te derriten, la seducción se hace presente sin permiso, se instala y no se puede evitar. Hice acopio de toda mi fuerza de voluntad y de alguna forma logré llegar a casa ilesa, no dejé que me besara, dije que tenía prisa y me fui sin mirarlo. Por la noche, al abrir mi bolso, encontré algunas cosas dentro, un prendedor en forma de mariposa que le había señalado diciendo que me gustaba, una pulsera con piedras de colores, un llavero muy bonito..Había colocado esas cosas en mi bolso sin que yo lo notara, me conmovió. De pronto sentí la necesidad de hablar con P, me lo pedía el cuerpo, así que cogí el teléfono y llamé a San Francisco.

- Hola.
- Hola guapa ¿Cómo estás?
- Pues..
- Sí, suponía que me llamarías.
- Yo suponía que lo harías tú.
- No pude, no sabía qué decirte, C. me sorprendió con su decisión de viajar, nunca lo había visto así, no pude evitar el viaje, ni quise hacerlo.
- Pero..
- Escucha cariño, has sido lo más bonito que me ha sucedido en los últimos años, desde aquel día soy otro, pero sabemos que no podemos ir más allá, considérate libre de hacer y sentir lo que quieras y con quien quieras, si es con mi hijo pues, intentaré comprenderlo y asumirlo, yo ya he vivido, deseo que mi hijo sea feliz. Por favor, no te comas el coco, ni te atormentes.
- Vale, no preguntaré más.
- No, es mejor así. No preguntes.
- ¿Seguro?
- Qué necesitas saber ¿Si te he echado de menos? ¿Si he pensado en ti?
- Pues sí.
- Cada día, y seguiré haciéndolo, eso me hace feliz.
- Ya, bueno, me hace bien saber que he alegrado un poco tu vida entonces.
- Intenta buscar tu camino cariño.
- Lo intentaré.
- Un beso muy grande.
- Otro para ti.
- Espera.
- Dime.
- No olvides que te quiero, a pesar de todo.
- ¿Me quieres?

Colgó. Coño ¿Por qué colgó? Dice que me quiere y cuelga, pensé. Pues nada, no me comería el coco, haría lo que me pidiese el cuerpo y ya, nunca había programado mis acciones, no iba a empezar justo en ese momento.

viernes, 21 de agosto de 2009

Viaje (lll)

...Las vacaciones llegaron a su fin, el día del regreso nos despedimos con un gran abrazo cargado de afecto, suponíamos que no nos volveríamos a ver, aquella noche permanecería alojada en nuestros corazones, cuerpos y mentes, sería un recuerdo especial, pero no tenía sentido hablar de nada, no había nada que decir.
Ya en Buenos Aires, volví a mi vida de siempre, la facultad, el trabajo y los amigos, intentando no dar demasiada importancia a lo que sentía (lo echaba de menos, pensaba en él). Evitaba recordarlo demasiado. Un mes después, al llegar a casa, encontré un enorme Ikebana en el salón, era casi tan grande como un arbusto.

- ¡Mamá! ¿Qué hace esa especie de 'árbol' en el salón?
- Dímelo tu, acaba de llegar de San Francisco, es para ti.
- Joder (¿P. me había enviado un árbol? )
Corrí a leer la tarjeta que acompañaba al regalo, ponía:
'Me disculpo por no haber podido dedicarte más tiempo, me hubiese encantado enseñarte algunos lugares especiales de la ciudad'. Firmado: 'C'.
¿C? ¿Su hijo? Pero si apenas hemos cruzado un par de palabras, vino un par de veces con nosotros de excursión pero casi no hablamos, pensé.
En realidad no sabía que pensar así que llamé a mi amiga (su prima) para contarle.
Cogió el teléfono muy excitada, diciéndome que su primo acababa de llamarla para avisarle que al día siguiente llegaba a la ciudad.
- ¿Mañana? ¿Viene con su padre?, pregunté muy interesada.
- ¿Con mi tío? No, qué va, viene solo, debemos llevarlo a recorrer todo Buenos Aires, anda, ponte a preparar un itinerario turístico.
- ¿Yo? Tía, es tu primo, ocúpate tu, además no se si podré acompañarlos, tengo exámenes.
- No me puedes decir eso, en realidad viene a Buenos Aires por ti.
- ¿Por mi? Pero qué dices.
- Sí, me ha pedido que no te diga nada pero, si te pones en ese plan no me queda más opción que decírtelo, le gustas mucho, tanto como para venir a verte, quiere conocerte mejor.
- Me estás vacilando tía.
- Pues no.
- Coño. ¿Su padre lo sabe?
- Y yo que sé ¿Qué tiene que ver su padre?
- Nada, nada.
- ¿Qué te parece?
- Qué.
- Pues lo que acabo de contarte, joder.
- Ahora entiendo lo del árbol.
- ¿Qué árbol?
- Mañana te cuento, tengo que dejarte.
- Bueno, entonces empieza a pensar en los mejores lugares de Buenos Aires, quiero que lo pase fenomenal. Tía, qué contenta estoy, mira si acabas formando parte de la familia.
- No digas tonterías, te dejo, hablamos mañana.
Colgué el teléfono pensando que me había metido en un buen lío.

martes, 18 de agosto de 2009

Viaje (ll)

...Y entonces pensé que no me atrevería a ser tan audaz, no me acostaría con el tío de mi amiga porque eso estaba MAL, así que lo miré a los ojos y:

- No puedo quedarme, lo siento, todos se darían cuenta y sería muy embarazoso para los dos, pero todavía tenemos veinte largos días por delante y nos alojamos en tu casa, habrá tiempo para conocernos si lo deseamos, de todas formas gracias por la invitación, me ha encantado, dije acercándome seductora a su oído.
Me miró con la decepción pintada en la cara y dándome un toque en la nariz con un dedo dijo:
- Anda, ve y diviértete.
Me fui preguntándome por qué debía comportarme, me fastidiaba tener que renunciar a momentos que prometían ser interesantes, o al menos intensos, pero en fin, la razón me decía que debía ser prudente.

Los días que pasamos en San Francisco fueron divertidos e interesantes, recorrimos bastante la ciudad, nos levantábamos temprano y partíamos en el coche con P. (el dueño de casa ) mi amiga, su madre, yo, y a veces se sumaba su hijo. Visitamos el Goden Gate, Sausalito, el barrio chino, Alcatraz y muchos lugares más, es una ciudad increíble, con sus cuestas y sus elegantes calles.
Por la noche, cuando llegábamos a casa, P. nos invitaba a compartir su enorme yacuzzi ubicado en la terraza, desde allí se podían observar todas las luces de la ciudad, y atención al detalle, la consigna era beber una copa de champagne entre burbujas, joder, era un hombre encantador y muy especial, cada día me gustaba más. Su amabilidad, su sensibilidad, su conversación. Cuando salíamos de excursión nos las arreglábamos para ir andando algo apartados de los demás y así podíamos hablar a gusto de nuestras cosas.
Aquella noche todos nos encontrábamos particularmente cansados, las burbujas del yacuzzi y el champagne nos adormecieron un poco, mi amiga y su madre no tardaron en disculparse y se retiraron a dormir, intenté hacer lo mismo pero me apetecía quedarme un poco más, me sentía rara, cansada pero a gusto. No pude evitarlo, cuando nos quedamos a solas un manto de energía eléctrica cayó sobre nosotros, no hubo palabras, ni miradas, ni tiempo. Sólo bastó un segundo, el que me llevó quitarme el bikini y abrir los brazos, a partir de ahí las cosas rodaron solas y me dejé llevar, feliz. Brazos y piernas entrelazados en el agua y luego fuera de ella, en cada rincón de aquella terraza, besos y abrazos prohibidos, puro deseo. Una noche sólo nuestra, oculta, y de la que nadie, nunca, supo nada. Lo que ocurrió después fue algo totalmente inesperado...

sábado, 15 de agosto de 2009

Viaje

Me sentía inquieta, fingía dormir pero en realidad observaba con el rabillo del ojo a mi amiga y a su madre, sentadas en los asientos ubicados frente al mío, aparentemente dormían también. Me fastidiaba que su madre hubiese decidido acompañarnos a último momento, se suponía que sería un viaje divertido, dos amigas de 21 años rumbo a San Francisco, genial. Cuando me lo propuso acepté sin dudarlo, siendo ella auxiliar de vuelo tenía acceso a billetes realmente económicos, y nos llevábamos estupendamente. Cuando me enteré de lo de su madre..

- ¡¡Pero tía!!
- Qué quieres que haga, ha decidido venir, quiere asistir a la fiesta de compromiso de mi prima.
- Pensábamos ir SOLAS a esa fiesta, joder.
- Pues no puedo decirle que no venga, en definitiva es SU familia.
- Ya verás como nos fastidia el viaje.
- No, ya verás que no lo notaremos.
- ¡Ja!
-------------------

- Abróchate el cinturón, atravesamos turbulencias.

Joder, ni siquiera dormida dejaba de hacer su trabajo, me lo abroché obediente, la verdad es que se movía bastante. Mientras me sacudía como si estuviese dentro de una coctelera pensaba en la forma de librarnos de su madre para poder disfrutar de unos días de libertad recorriendo un par de lugares que me apetecía ver.
Llegó el día de la fiesta de compromiso, el tipo de evento que detestaba, convencional, todo el mundo con traje de noche. Cuando me presenté en la habitación, antes de partir hacia la fiesta, con mis borceguíes, mis pantalones pitillo y una camisa blanca que llegaba a mis rodillas, tuve el primer enfrentamiento con la madre de mi amiga.

- No pensarás asistir así.
- Pues sí.
- Pues no lo puedo consentir.

Lo cierto es que en aquella época me había obstinado en parecer 'rara', y lo conseguía. No soportaba ir a la moda y necesitaba destacar de alguna forma, pero siempre con algo de cordura.
De todas formas vistiese lo que vistiese no lograba ocultar mis rasgos algo 'angelicales' y nunca conseguía parecer lo que realmente me proponía, una mujer arrolladora y con gran personalidad pero en fin, lo intentaba.
No hice caso de las advertencias de la madre de mi amiga y la desafié asistiendo a la fiesta como iba. Cuando llegamos comenzó a disculparse por mi forma de vestir con su familia. El padre de la novia (su hermano) decidió intervenir en el asunto, rogándole que dejase de ser tan estricta, éramos jóvenes y debía dejarnos en paz, me cayó bien de inmediato. Estuvimos hablando un buen rato, el hombre (separado) tenía una excelente conversación. Una hora después se presentó su hijo, un tío de mi edad mas o menos, con buen aspecto, que se sumó a la conversación, acabamos hablando durante horas, algo apartados del resto de la gente, el padre iba y venía, atendiendo a los invitados pero siempre pendiente de su hijo y de mi.
Cuando la fiesta llegaba a su fin, decidimos ir a una discoteca cercana, eramos un gran grupo de gente y antes de partir fui a despedirme de su padre, me miró directo a los ojos, sentí sus manos sobre las mías y su voz en mi oído:
- Quédate...por favor.
- ¿Qué? No, yo..lo siento.
Al percibir la urgencia en su voz noté que mi cuerpo respondía al pedido, de pronto me apetecía quedarme, lo deseaba, y entonces..

lunes, 10 de agosto de 2009

Amores de hoy

- Me cuesta mirarte.
- Inténtalo.
- No puedo, mejor me voy.
- No, espera.
- Es absurdo, te lo dije.
- No, inténtalo.
- No quiero
- ¿Por qué?
- Porque si te miro y no me gustas sufriré una gran desilusión. Quiero que me gustes, necesito que me gustes.
- Te gustaré.
- No estés tan seguro. Si no me gustas como yo necesito que me gustes, si no te siento, todo habrá sido una gran pérdida de tiempo y eso me asusta. Prefiero esperar, no estoy preparada.
- Pero yo te quiero, esperé mucho tiempo este momento.
- Lo sé. Yo también, pero no estoy preparada. Necesito continuar amándote como hasta ahora. Si te miro y no me gustas todo se vendrá abajo, te perderé ¿No lo comprendes? No puedo perderte porque confío en ti más que en mí misma. Si te pierdo, me pierdo, no soy capaz de arriesgarme.
- ¿Pero cuánto tiempo más podremos resistir sin conocernos?
- El que haga falta. Me voy, mañana te escribo, mañana hablamos, mañana...

Piensa, piénsame, no dejes de hacerlo. Cuando me sé pensada, me sé acariciada. Vuelve mi fuerza, mis heridas sanan. Llega hasta mi tu pensamiento, te pertenezco. Arden mi mente y mi sexo. Te mantengo conmigo, te llenas de mí, recorres mi cuerpo, y me entrego.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Anna

Pues resulta que tengo una prima, una prima de la que no sabía nada hace años, bueno, sabía que escribía pero no teníamos relación de ningún tipo, cosas de la vida, las distancias, ella vive en Argentina y yo en España, tengo una enorme familia italiana en Argentina, pero nos relacionamos poco, hasta ahora. Por casualidad me encontré con su blog en un directorio y nos reencontramos. Hablamos. Nos pusimos un poco al corriente sobre nuestras respectivas vidas y nos leímos otro poco. Estoy encantada. Anna Paparella, sangre de mi sangre, pluma con pluma. La he invitado a compartir letras y aceptó. Debo aclarar que está a punto de publicar su tercer libro 'Bajo el sombrero'. Este es su blog 'Desoledadesysoles' y ésta su poesía, pertenece a su segundo libro: 'De soledades y Soles'. Un verdadero orgullo presentarla en mi blog. Qué feliz soy Anna, al tenerte aquí, conmigo.





La palabra

A veces es sólo una palabra
La que te auxilia del abismo
de la tristeza aguda
del cansancio terrenal
o del silencio sepulcral
A veces es sólo una palabra
la que te salva del aburrimiento
de la bajeza
del espanto
de la mediocridad
A veces es sólo una palabra
la que te rescata
de la soledad
angustia
vacío
sin sentido
Una sola palabra
que de pronto se convierte
en poderosa
potente
invencible.
Una palabra que nos llena de luz
esperanza
amor
ilusión
Ojalá encontremos esa palabra
cada día
ojalá la encontremos
hoy.


Preciosa, me ha encantado. Aquí mi respuesta:



Sí, Anna, una palabra obra maravillas, una palabra dicha o escrita con ilusión, nos salva. Una meta, un vivir apasionado, un llorar descontrolado, una palabra de consuelo, junto a un abrazo, a un contacto, una mirada que contiene, que apoya, que sostiene. No me dejes caer. Aléjame de la mediocridad, de la angustia y el vacío. Anímame a sentir, a crecer y vencer.
Son muchos los momentos en los que necesitamos ser salvados, encontremos nuestra palabra y aferrémonos a ella con uñas y dientes, abandonándonos, dejemos que nos transporte hacia la luz del sosiego.



Qué bonito. Gracias otra vez Anna querida por tu presencia en mi espacio, espero que no dejemos de comunicarnos, éste especial reencuentro me ha hecho mucha ilusión, un beso muy fuerte para ti.